En su ópera prima, Ryan Coogler entrega un relato que no necesita de subrayados para convertirse en un retrato social y donde ya deja en claro su capacidad como realizador.
El universo fílmico de Will Ferrell continúa firme con esta comedia en la que trabaja algunos esteretipos racistas, pero donde fundamentalmente exhibe el mal real de estos tiempos: las finanzas.