Título original: Ídem // Origen: EE.UU. / Canadá // Dirección: Emma Tammi // Guión: Scott Cawthon, basado en su propia serie de videojuegos // Intérpretes: Josh Hutcherson, Piper Rubio, Elizabeth Lail, Matthew Lillard, Freddy Carter, Wayne Knight, Mckenna Grace, David Andrew Calvillo, Teo Briones, Audrey Lynn-Marie, Miriam Spumpkin, Han Soto, Skeet Ulrich // Fotografía: Lyn Moncrief // Edición: Timothy Alverson, Derek Larsen // Música: The Newton Brothers // Duración: 104 minutos // Año: 2025
4 puntos
CINE CHATARRA
Por Rodrigo Seijas
(@rodma28)
Si la saga de videojuegos de Five nights at Freddy´s tenía una premisa básica casi ínfima, que rozaba lo inverosímil y a la vez muy efectiva, y en las que las historias de los personajes cumplían un rol secundario, la adaptación cinematográfica le daba a esos conflictos humanos un protagonismo que, por lo superficial, convertía a la película en, paradójicamente, un objeto extremadamente mecánico. Five nights at Freddy´s 2 repite directora (Emma Tamni) y guionista (Scott Cawthon, oh casualidad, el creador de los juegos), y, casi irremediablemente, defectos, en un relato todo es extremadamente previsible y solo sostenible a partir de golpes de efecto.
Esta secuela pretende ser más una continuación, en la que los protagonistas quieren dejar atrás un pasado traumático, pero nuevos eventos desentierran unos cuantos secretos definitivamente oscuros, que irán de la mano de lo sobrenatural y horroroso. Ya la secuencia inicial, que transcurre en los ochenta, cuando todavía “Freddy Fazbear’s Pizza”, el restaurante de comida rápida con atracciones y juguetes supuestamente amables estaba todavía abierto, da la pauta de esto, y es quizás el momento más atractivo del film, por más que la puesta en escena exhiba unas cuantas torpezas. Luego, transcurridos más de veinte años, veremos a Mike (Josh Hutcherson) superando de a poco las secuelas que le dejó el trabajo como guardia nocturno del local abandonado y los robos poseídos que enfrentó; a Abby (Piper Rubio) sin poder resolver la melancolía por haber perdido a sus amigos espirituales; y a Vanessa (Elizabeth Lail) todavía acechada por las acciones e influencia de su padre, el asesino serial William Afton (Matthew Lillard). Es ahí cuando entrarán en escena otra sucursal abandonada de “Freddy Fazbear’s Pizza”, un equipo de investigadores de lo sobrenatural y, finalmente, otra criatura de ese mundo robótico y diabólico, que tendrá motivaciones que no saldrán de lo esperable.
Las torpezas de los primeros minutos se irán acrecentando, con una narración excesivamente expositiva, situaciones que se desarrollan de manera esquemática, diálogos repletos de lugares comunes, golpes de efecto que apenas si asustan y personajes cuyas acciones son casi inexplicables. Por eso es difícil conectarse con lo que se ve y Five nights at Freddy´s 2 solo tiene como elemento atractivo algunos hallazgos visuales que vienen de ese mundo robotrónico, ochentoso y derruido, casi un Pumper Nic pasado por el filtro de las películas de Chucky. No deja de ser llamativo cómo, salvo en contados pasajes, la película no se permite ceder al disparate que se intuye en la configuración de su propio universo y divertirse un poco, y desde ahí divertir al espectador. Pero no, la puede la necesidad de solemnidad y de construir un relato que avanza en base a lo traumático, a causas y consecuencias espantosas. En ese terreno, no tiene prácticamente nada para decir o mostrar que sea mínimamente atractivo.
Si Five nights at Freddy´s 2 pretende contar algo nuevo, que sacuda al espectador y haga avanzar a sus personajes hacia otros lugares conflictivos, todo en ella es repetitivo y en piloto automático. Eso incluye un final donde los giros se repiten, los cabos sueltos se acumulan y se quiere dejar forzar a como dé lugar una nueva entrega. El combo cambia, pero la comida (o más bien el cine) chatarra sigue siendo la misma.
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