Título original: Ídem // Origen: Argentina // Dirección: Santiago Esteves // Guión: Santiago Esteves // Intérpretes: Pedro Fontaine, Marco Antonio Caponi, Oscar de la Fuente, Daniel Antivilo, Juan Ignacio Cane, Pilar Mestre Del Bono, Pablo Díaz, Verónica Gerez, Federico Liss, Cristian Salguero // Fotografía: Enrique Stindt // Montaje: Meritzell Colell Aparicio, Santiago Esteves, Alejandro Brodersohn // Música: Mario Galván // Duración: 97 minutos // Año: 2025 //
8 puntos
LA CONTINUIDAD DE LOS MUERTOS
Por Cristian A. Mangini
Hay una coyuntura detrás del más reciente film de Santiago Esteves pero, sobre todo, hay un thriller asfixiante que lleva a las criaturas que pueblan su relato al límite. Los renacidos internaliza los elementos de denuncia pero pone de relieve un film electrizante que no desperdicia ni un minuto en contar un conflicto que, cuando explota, se ramifica sobre la trama con un pulso que no tiembla en ningún momento.
Anclado en la tradición metódica de Pablo Trapero o Israel Caetano, Los renacidos es un film de género: tiene las marcas del cine clásico de acción pero también hereda lo mejor de realizadores que supieron darle un marco social autóctono a cada plano. Conoce las limitaciones de las fórmulas y se adecúa a eso con lucidez. El guion de Esteves es tan eficaz como la dirección: pasada la primera media hora ya sabemos quiénes son los personajes, sus búsquedas e incluso un fragmento del conflicto que rodea a los hermanos interpretados por Pedro Fontaine y Marco Caponi. Lo notable es que no hay tiempos muertos, hay apenas lagunas de calma que rescatan lo cotidiano ante el horror que atraviesa Manuel, que es el punto de vista que domina la narración. Sin embargo, en la tradición del policial negro, aquí no hay héroes. Todos estan teñidos de alguna forma por el oscuro oficio que implica encubrir la muerte.
A las virtudes del relato y la dirección, se suma el acierto en las locaciones. Mendoza aparece como un paisaje hostil que se interpone como un personaje más de la trama. No hay una búsqueda turística en ese terreno árido, seco y frío que obstruye la marcha, sino un elemento que es funcional a la violencia que sacude la trama. Finalmente la banda sonora y el trabajo de ingeniería de sonido envuelve con precisión la tensión que acompaña buena parte del relato. Hay algo quirúrgico, por ejemplo, en el uso de sonido expresivo en la secuencia en que Manuel se encuentra con sus viejos empleadores; el sonido de sus pasos resuenan con eco en un salón aunque esto ocurra en un bosque, enfatizando el drama personal que atraviesa nuestro protagonista en ese momento.
Pueden hacerse quizás algunas observaciones sobre la trama: algunos cierres son demasiado convenientes y vuelven previsible al relato en el último tercio de la película, mientras que la decisión de romper el punto de vista de Manuel para ponernos en el del hermano (Oscar, interpretado por Caponi) en algunos segmentos no ofrece elementos nuevos y por momentos parece subrayar aquello que ya sabemos. A pesar de estos pequeños achaques es un film completo que marca la sólidez de Esteves como realizador en el panorama del cine nacional actual.
Si disfrutás los contenidos de Funcinema, nos gustaría tu colaboración con un Cafecito para sostener este espacio de periodismo independiente:

