
Título original: Deep cover // Origen: Reino Unido // Dirección: Tom Kingsley // Guión: Derek Connolly, Colin Trevorrow, Ben Ashenden, Alexander Owen // Intérpretes: Bryce Dallas Howard, Orlando Bloom, Nick Mohammed, Sean Bean, Paddy Considine, Sonoya Mizuno, Ian McShane, Ben Ashenden, Alexander Owen, Leart Dokle, Omid Djalili, Nneka Okoye, Freya Parker // Fotografía: Will Hanke // Edición: Mark Williams // Música: Daniel Pemberton // Duración: 99 minutos // Año: 2025 // Plataforma: Prime Video
7 puntos
LA VICTORIOSA IMPROVISACIÓN DE LOS PERDEDORES
Por Rodrigo Seijas
(@rodma28)
Las historias sobre perdedores natos que de repente encuentran una oportunidad para triunfar suelen garpar muy bien. ¿O acaso no tenemos al género deportivo como muestra de ello? Lo mismo puede decirse de los relatos que parodian un poco el oficio actoral o directamente lo ridiculizan. Más todavía en estos tiempos donde hay demasiados artistas que se toman demasiado en serio a sí mismos. Por eso es bienvenida una comedia como Acto encubierto (disponible en Prime Video), que en un punto funciona como una película deportiva, loosers que hallan una chance para salir de ese lugar y que retuerce todos los lugares comunes de la actuación, utilizando como vehículo al policial, al cual también parodia. Y que ejecuta esos movimientos con efectividad, bastante inteligencia y hasta cariño por lo que cuenta.
El film de Tom Kingsley, que cuenta con Colin Trevorrow y Derek Connolly como coguionistas, se centra en tres personajes que, cada uno a su modo, son un paradigma de individualidades estancadas en vidas monótonas y sin futuro. Kat (Bryce Dallas Howard) es una comediante de stand-up que, para compensar su falta de éxito, tiene un pequeño taller de improvisación. Marlon (Orlando Bloom) es un aspirante a actor que querría tener papeles importantes y prestigiosos, pero que a lo sumo participa de publicidades medio pelo. Hugh (Nick Mohammed) es un oficinista ultra introvertido, que hace esfuerzos por encajar en su trabajo o socializar, pero que es subestimado por todas las personas con las que se cruza. Por una serie de circunstancias, los tres son reclutados por un detective (Sean Bean) para que hagan un pequeño trabajo de infiltración vinculado al contrabando de cigarrillos. La operación saldrá demasiado bien y a partir de ahí el trío empezará a trabajar de encubierto en una red criminal mucho más grande y peligrosa, sin tener experiencia e improvisando todo el tiempo.
Las sorpresas que despliega Acto encubierto son, valga la contradicción, las esperadas, básicamente porque su fuerte está en el típico juego de equívocos, las mascaradas y esos momentos, entre tensos y disparatados, donde los protagonistas están al borde de ser descubiertos. Pero la película juega de forma acertada con esas reglas, llevando al límite las situaciones en las que el trío le da vuelta de tuerca tras vuelta de tuerca a esos personajes casi inverosímiles que fueron creando sobre la marcha. Asimismo, tiene un par de hallazgos extra: en primer lugar, la forma en que retrata al submundo criminal como un lugar donde pueden existir códigos de lealtad y camaradería, aún en el medio de las balaceras. Ahí tenemos a los delincuentes interpretados por Paddy Considine y Sonoya Mizuno, cada uno tan honesto como brutal. En segundo lugar, Bloom encuentra en Marlon un ser totalmente ridículo y a la vez querible, que con sus ambiciones desmedidas podría haber sido tranquilamente parte del elenco de Una guerra de película, y que le permite dar una de sus mejores actuaciones.
Y si bien es cierto que al momento de las resoluciones hay algunas fallas en la puesta en escena, también es innegable que Acto encubierto se comporta como sus personajes: aprende a llevar su artificio hasta el final y no fuerza el moralismo, ni nada parecido. Por eso no queda otra que avalar el recorrido de sus protagonistas, que realizan un proceso de aprendizaje que no deja de ser lógico dentro de ese universo al que dan vuelta por completo a través de sus acciones. Lo que se dice un pequeño gran triunfo de los perdedores habituales.
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