
Por Patricio Beltrami
NdR: este artículo contiene spoilers.
Todas las subtramas de Daredevil: born again confluyen ante la aparición del enemigo público número uno de Nueva York: Muse (Hunter Doohan). Y, así, se marcó el camino hacia la próxima batalla entre Matt Murdock/Daredevil (Charlie Cox) y Wilson Fisk/Kingpin (Vincent D’Onofrio). Igualmente, el arco de Muse evidenció los problemas generados con la reformulación de la historia original. Escrito por Jill Blankenship y dirigido por David Boyd, Art for art’s sake inicia en la intimidad de Matt y Heather Glenn (Margarita Levieva), ya que la psicóloga lo interpela por sus heridas aunque las excusas del abogado no la convencen. En el hospital, Murdock visita a Angela (Camila Rodríguez), quien le revela que en la guarida de Muse, entre cadáveres, había visto decenas de dibujos. En tanto, la vuelta de Daredevil provoca conflictos en la vida laboral. Justamente, la confianza será el leitmotiv para el protagonista en Art for art’s sake. A su vez, el avispero está revuelto en los dominios de Fisk. Por un lado, sus desacuerdos con Vanessa Fisk (Ayelet Zurer) sobre cómo mantener a regla al mundo criminal son profundos. Incluso, todo se complica cuando Luca (Patrick Murney) intenta convencerla para que tome el poder. Pese a ello, la atención de Fisk está puesta en Muse, ya que el psicópata ha provocado el regreso de Daredevil. En simultáneo, el alcalde y el abogado descubren que Muse es Bastian Cooper. Por eso, Fisk envía al escuadrón de elite de para eliminar al asesino y, con suerte, a Daredevil. En tanto, el héroe entra a la guarida de Muse para obtener pistas sobre su paradero o su próxima víctima. Examinando la textura de los dibujos descubre que el blanco es Heather, por lo que parte desesperado hacia su oficina. Desde allí, Art for art’s sake se convierte en una carrera contra el tiempo. La tensión se apodera de la terapia cuando Bastian comienza a revelar su naturaleza. Luego de noquearla cuando intentaba huir, ya vestido de Muse, ata a Heather a una silla para drenarle la sangre. Si bien la víctima otra vez trata de escapar, el villano la estrangula en el suelo. En ese momento, Daredevil entra en escena para propinarle una paliza, aunque el dolor parece no afectar a Muse, quien sólo desea ejecutar a Heather. En medio de la pelea, mientras el escuadrón de Fisk ingresa al edificio, Heather balea a su captor, quien cae fulminado sobre el lienzo blanco que él había colocado para consagrar su obra final. Con los policías cada vez más cerca, la desesperación se apodera de Matt cuando ve que su novia yace en el suelo. Más tarde, Heather despierta en el hospital con Murdock a su lado. Aunque el abogado la consuela diciéndole que Muse había muerto, ella confiesa que había escuchado a Daredevil mencionar su nombre. Y el capítulo acaba con Fisk capitalizando la situación. Gracias a su escuadrón de elite y al favor de la periodista BB Urich (Genneya Walton), impone la versión oficial: la Policía había eliminado a Muse. En tanto, Vanessa llama a Luca para contarle que Fisk estaba cenando solo. Sin pensarlo, el mafioso entra al restaurante vacío y se prepara para ejecutar al Kingpin por la espalda, pero muere baleado por Buck Cashman (Arty Froushan), quien estaba oculto cerca de su jefe. Art for art’s sake sincera aquello que le importa a la serie: el choque entre Daredevil y Kingpin. No significa que el resto de las historias no hayan sido importantes, todo lo contrario si se piensa en los arcos del Tigre Blanco y Muse, pero en realidad han sido parte de la reconstrucción de los regresos de héroe y villano. Otra vez con buenas secuencias de acción, con el clímax de una batalla sangrienta y sádica, el atractivo de la narrativa central se alimenta de subtramas interesantes y resoluciones lúcidas. Sin embargo, queda en claro que en principio había una mayor incidencia de Muse/Bastian en Daredevil: born again, ya que sus breves apariciones desperdigadas a lo largo de la temporada no se condicen con el peso del villano y la espectacular resolución de su arco. Al final, los autores hallaron la mejor forma de integrar el arco como una subtrama más reducida para que tuviera lógica en el nuevo guión.
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