
Por Patricio Beltrami
NdR: este artículo contiene spoilers.
El segundo capítulo de Daredevil: born again profundiza ciertos conflictos centrales para los protagonistas: Matt Murdock (Charlie Cox) vuelve a las andadas para defender a un inocente acusado por la muerte de un policía, mientras que Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio) recurre a viejas prácticas para ganar el respaldo de la ciudadanía, la opinión pública y las instituciones a su gobierno. Dirigido por Michael Cuesta y coescrito por Matt Corman y Chris Ord, Optics inicia y cierra con secuencias de acción, aunque las tramas avanzan progresivamente y se construyen en conjunto, ya que cada decisión, acción o interacción sustenta esa tensión permanente en la que viven los personajes. Optics arranca con un hombre defendiendo a un joven atacado por dos sujetos. Mientras la víctima huye, uno de los agresores tropieza y muere arrollado por el subte. El sobreviviente se revela como policía y arresta a Héctor Ayala (Kamar de los Reyes). Justamente, la Policía de Nueva York será el antagonista para Murdock y Fisk. Gracias a sus sentidos potenciados, el abogado descubre que Ayala había sido incriminado, aunque ordena que Cherry (Clark Johnson) investigue sus secretos. Si bien la denuncia contra las instituciones que se cubren las espaldas podría haber sido burda, se halla la forma de atenuar esa idea. Tras descubrir que Ayala es Tigre Blanco (sus poderes aumentan al usar un anillo místico), Murdock convence al juez para que su cliente no sea acusado por su actividad como vigilante, pero allí empieza una carrera contra el tiempo para hallar al único testigo. A su vez, el camino de Fisk en Daredevil: born again también resulta tan complejo, aunque sus antecedentes criminales le permiten recurrir a salidas mafiosas. Si bien goza de un alto nivel de popularidad, un acto de demagogia en medio de un embotellamiento le permite demostrar su interés en los problemas del pueblo. Sin embargo, el alcalde apunta a dos sectores para torcer la balanza a su favor. Por un lado, intenta acercarse a la joven periodista BB Urich (Genneya Walton), estrella en redes sociales y sobrina de Ben, ese experimentado periodista que Fisk había estrangulado en la primera temporada de Daredevil. Igualmente, lo principal pasa por su pelea con el jefe Gallo (Michael Gaston), cabeza de la Policía de New York. Tras un funeral, el alcalde busca sellar una tregua, pero el uniformado lo rechaza, lo desprecia y jura que lo perseguirá hasta que caiga. Dispuesto a renunciar y con el respaldo de la cúpula de la fuerza, Fisk demuestra que su cargo sirve para legitimar el poder que había acumulado en su imperio criminal. Lleno de confianza, su discurso sobre sándwiches acaba con una amenaza: si Gallo dimite, no sólo que el jefe tiene un hijo extramatrimonial, sino que pondrá en riesgo la vida del niño y de su madre. Otra vez, se observa al mejor Fisk, despiadado, carismático, soberbio, cuando ejerce como capo mafia. En tanto, Optics termina a pura violencia. Luego de averiguar el paradero de Nicky Torres (Nick Jordan), el abogado lo convence de huir por la ventana en busca de Cherry porque su vida corría riesgo. Mientras el testigo escapa, dos policías de civil entran al lugar y, al encontrar a Murdock, lo golpean salvajemente hasta que deciden ejecutarlo. Sin salida, el Daredevil de civil los desarma y les propina una paliza hasta matarlos. El grito de desahogo del protagonista cierra el capítulo donde Murdock y Fisk han descubierto que no pueden escapar del pasado, sus demonios, del fuego interior, para construir una nueva vida. Mientras que las secuencias de acción resultan sangrientas e impactantes, el juego de conflictos derivados de política, poder, instituciones, periodismo y vigilantes contribuye a seguir complejizando el derrotero de dos personajes que ya cuentan con tres temporadas en su haber. Y todavía falta desarrollar las complicadas relaciones románticas: la crisis entre Fisk y Vanessa Fisk (Ayelet Zurer), nueva jefa de la mafia de Nueva York, y el amor entre Murdock y Heather (Margarita Levieva), terapeuta de los Fisk y nexo con un futuro villano que asoma con el nombre de Bastian (Hunter Doohan).
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