
Título original: Idem // Origen: Argentina // Dirección: Luciano y Nicolás Onetti // Guión: Luciano Onetti, Nicolás Onetti, Camilo Zaffora // Intérpretes: Agustín Pardella, Carlos Portaluppi, Mario Alarcón, Agustin Olcese, Jorge Lorenzo, Santiago Ríos, Gustavo Bonfigli, Paula Silva, Gustavo Pardi, Ezequiel Pache, Valeria San Martín, María Eugenia Rigón // Fotografía: Luciano Montes de Oca, Kasty Castillo // Montaje: Luciano Onetti, Ludovico Opipari, Nicolás Onetti // Música: Luciano Onetti // Duración: 77 minutos // Año: 2024 //
5 puntos
LA DICTADURA SEGÚN LOS HERMANOS ONETTI
Por Esteban Simoes
La ficción argentina ha sabido contar la última Dictadura Militar (1976-1983) de muchas maneras. Desde La historia oficial (1985) hasta Argentina, 1985 (2022), pasando por clásicos como Garage Olimpo (1999) y películas no tan vistas pero muy efectivas como Rojo (2018). El cine nacional, decíamos, ha contado muchas historias relacionadas con este oscurísimo período de nuestra historia reciente, afortunadamente. Pero no me viene a la memoria otra película que, como hacen acá los hermanos Onetti, elija contar la Dictadura desde el terror. Lo que podría ser un acercamiento más que interesante, termina no funcionando del todo. Un guión muy errático condena a esta película de apenas 77 minutos.
Situada en un centro de detención clandestino donde transcurrirá la mayor parte de la acción (el matadero del arquitecto Francisco Salamone en Azul), el trío de milicos torturadores que conforman Carlos Portaluppi, Mario Alarcón y Jorge Lorenzo son de lo mejor que la película tiene para ofrecer. Desde ya: en la primera media hora está lo más logrado, más allá de alguna sobreexplicación innecesaria acá y allá. Y no casualmente, cuando ellos salen de escena, la película cae rápidamente en la confusión y descarrila hasta llegar a un clímax totalmente forzado.
Mientras la Argentina disputa la final del Mundial contra Holanda (un dato de color que no aporta mayor profundidad), el grupo de tareas secuestra unos jóvenes a quienes suponen militantes de alguna organización armada. Lo que parecía una noche de rutina en la vida de estas escorias se convertirá en otra cosa, porque, como veremos, chuparon a las personas equivocadas. El problema es que 1978 no logra una transición adecuada y la orgía de sangre que se desata no tiene mucho sentido, más allá de un libro con imágenes que intuimos satánicas, alguna cruz invertida y no mucho más. De la sobreexplicación pasamos a la total falta de información, algo que le juega en contra a la película. El detonante de la segunda parte de la película brilla por su ausencia.
En definitiva, estamos ante una producción que funciona en su primera parte, pero termina decepcionando cuando tiene que pasar del terror verídico al fantástico. Es paradójico, pero los milicos antes mencionados dan más miedo que cualquier criatura que los hermanos Onetti puedan producir. Si a esto le sumamos un apuro bastante incomprensible para cerrar la historia, sumado a unos flashbacks que no aportan nada, tenemos un resultado deslucido. 1978 pasará a la historia como un producto más para vender afuera, o como un intento por contar la Dictadura desde las buenas intenciones y el género de terror. No mucho más.
Si disfrutás los contenidos de Funcinema, nos gustaría tu colaboración con un Cafecito para sostener este espacio de periodismo independiente: