
Título original: The Vanishing Soldier // Origen: Israel // Dirección: Dani Rosenberg // Guión: Dani Rosenberg, Amir Kliger // Intérpretes: Ido Tako, Mika Reiss, Efrat Ben Tzur, Tikva Dayan, Shmulik Cohen, Claude Aviram, Johanne Toledano, Gal White // Fotografía: David Stragmeister // Montaje: Nili Feller // Música: Yuval Semo // Duración: 105 minutos // Año: 2023 //
6 puntos
DETENERSE A MIRAR EL HORROR
Por Melody San Luis
Una guerra de tantos años como la de Palestina con Israel atraviesa vidas. En medio de las balas, las familias crecen, los amores aparecen y los jóvenes llevan adelante sus caminos ¿Pero cómo convive todo eso? ¿Es posible que con tanta crueldad, muerte y terror real puedan darse destellos de felicidad? ¿Cuán adaptado se está para poder seguir entre el caos?
En el noticiero no dejan de pasar noticias sobre explosiones y soldados caídos. Una abuela se toma el tiempo para llorar mientras mira el televisor como si todo eso no pudiera asimilarse, como si fuera incomprensible que esos hechos hubieran sucedido hace un par de horas y como si con cada muerte volvieran todas las otras que sucedieron por esta guerra. Al rato, esa misma abuela baila abrazada de su nieto una canción que dice “por eso muchacha no partas ahora buscando el regreso, porque el amor es simple y a las cosas simples se las devora el tiempo”.
El desertor explora estos pasajes que se dan entre la vida y la muerte. Sobre todo, juega con la palabra del título porque “desertor” apunta, no sólo a la acción del protagonista de escaparse de su tropa del ejército para ver a su familia y su novia, sino también a la idea de abandonar una mirada adaptada a la realidad para desentrañar aquello que sucede. Aquel movimiento que realiza el joven lo deja en un estado de observador de los acontecimientos y es aquí donde el dolor se hace más fuerte porque se desnaturaliza.
Al principio, el soldado no piensa demasiado lo que está haciendo, huye de sus acciones en el ejército por querer estar con su novia. Aparece en el transcurso del camino que va haciendo una conciencia de lo que está viviendo, como si antes de eso sólo actuara por inercia y no pudiera ver la dimensión de ser parte de una guerra, de ser soldado y de estar frente a la muerte constante.
La película es una denuncia de la atrocidad pero sin ir a los números o a los datos duros. Se enfoca en lo humano, en una historia pequeña que puede representar la situación de cualquier habitante de esa zona. Un joven como cualquier otro que se enamora, un padre que se enferma, una abuela que mima a su nieto. Acercarse a lo particular, seguir la mirada y sentir de un joven, le permite profundizar en las repercusiones de la guerra. Pero el enfoque que toma no sólo es ir a lo particular sino tomar el lugar de la pausa, de la mirada de alguien que estuvo en automático hasta ese momento y de un instante para otro empieza visualizar lo que está sucediendo. La potencia de la película es narrar el estado de conciencia que toma el personaje principal, un joven que debería tener toda su vida y deseos por delante, pero que sin embargo esos aspectos no son puestos en debate porque el presente supera cualquier proyección a futuro.
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