Título original: Canary Black
Origen: Reino Unido / Croacia / EE.UU.
Dirección: Pierre Morel
Guión: Matthew Kennedy
Intérpretes: Kate Beckinsale, Rupert Friend, Ray Stevenson, Jaz Hutchins, Goran Kostic, Ben Miles, Romina Tonkovic, Masayoshi Haneda, Emma Gojkovic, Saffron Burrows
Fotografía: Thierry Arbogast
Montaje: Tania Goding
Música: Jessica Rose Weiss
Duración: 101 minutos
Año: 2024
Plataforma: Prime Video
3 puntos
LAS PEORES TRADICIONES
Por Rodrigo Seijas
(@rodma28)
Cierto cine clase B, así como el VHS y luego el DVD, fueron refugios para películas chiquitas, pero muy interesantes, aunque también para bodrios completamente olvidables. En la actualidad, plataformas como Prime Video preservan esa tradición, pero más que nada para la segunda vertiente, con films hechos a desgano y con estrellas trabajando a reglamento. Especialmente con la acción, un género que se presta para los regímenes de coproducción de estas baratijas que solo se dedican a repetir viejas fórmulas. Es caso de Canario Negro (hecha con capitales de Estados Unidos, el Reino Unido y Croacia), película que a lo sumo sirve para revelarnos que Zagreb, donde tuvo lugar la mayor parte del rodaje, es una ciudad que merece ser visitada.
Todas las pistas de que Canario Negro es mala están a la vista, empezando por un póster que parece hecho a las apuradas en el Canvas. Siguiendo por el dato de que la dirección está a cargo de Pierre Morel, que tuvo sus quince minutos de fama con el éxito de la sobrevalorada Búsqueda implacable y que luego no hizo nada que nos permitiera pensar que es algo más que un realizador mediocre. Y finalmente con una premisa ya demasiado conocida: a una agente y asesina experta de la CIA (Kate Beckinsale) le secuestran al marido (Rupert Friend) y la obligan a robar un dispositivo secreto que, obviamente, sería muy peligroso en las manos equivocadas. Eso, obviamente, hará que su propia agencia la caratule como traidora, por lo que se verá perseguida por sus colegas (entre ellos, su jefe y mentor, interpretado por el fallecido Ray Stevenson) y por la organización que mantiene de rehén a su pareja, mientras trata de limpiar su nombre y evitar que todo derive en una situación potencialmente catastrófica a nivel global.
Sí, todo es muy obvio en Canario Negro, aunque es cierto que el cine de acción ha entregado maravillas con argumentos repetidos y/o predecibles. Pero este no es el caso, porque no hay un esfuerzo significativo para que los resultados sean relativamente óptimos. La pereza de Morel para filmar las secuencias de impacto o llevar adelante la intriga es hasta llamativa: no hay ni una escena con algo de nervio o tensión, lo que lleva además a que todos los giros de la trama o revelaciones sobre algunos personajes se vean venir a kilómetros. Todo el andamiaje estético y narrativo de la película es de manual de preescolar, por lo que la indiferencia que genera es total. Frente a esto, Beckinsale, una actriz con experiencia en el género pero que rara vez crea empatía con el espectador, poco puede hacer y su heroína es muy poco creíble.
Más que para pasar el rato, Canario Negro es una pérdida de tiempo, una película que continúa una tradición inagotable y eterna de productos anodinos. Igual, podemos estar seguros de que todos los involucrados se habrán llevado muchas fotos de su estadía en Zagreb.
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