Título original: Ídem
Origen: EE.UU.
Dirección: Eli Roth
Guión: Eli Roth, Joe Abercrombie
Intérpretes: Cate Blanchett, Kevin Hart, Edgar Ramírez, Jamie Lee Curtis, Ariana Greenblatt, Florian Munteanu, Janina Gavankar, Jack Black, Benjamin Byron Davis, Olivier Richters, Gina Gershon, Ryann Redmond, Haley Bennett, Riana Emma Balla
Fotografía: Rogier Stoffers
Montaje: Julian Clarke, Evan Henke
Música: Steve Jablonsky
Duración: 102 minutos
Año: 2024
4 puntos
CRUDO Y QUEMADO
Por Rodrigo Seijas
(@rodma28)
Hay toda una discusión respecto al “arte” de hacer un asado. Algunos (como Mex Faliero, codirector de este sitio) sostienen que no es mucha ciencia y que es, simplemente, “quemar carne”. Otros, como mi esposa, afirman que es bastante más complejo, que requiere paciencia y cierto manejo de los tiempos y espacios de la parrilla para mantener el gusto de la(s) carne(s), de acuerdo a los paladares de los comensales, que pueden ser diversos. Yo no sé hacer asado, pero como tonto no soy, prefiero hacerle caso a pareja, que sí sabe. Y, además, porque me sirve para hablar de Borderlands, otra fallida adaptación de un videojuego a la pantalla grande.
En Borderlands, el director y coguionista Eli Roth despliega un mundo que, a priori, luce gigantesco y complejo: una galaxia que en algún momento estuvo gobernada por unos seres repletos de conocimiento que desaparecieron misteriosamente y que, según cuenta la leyenda, dejó oculta una bóveda con infinitas invenciones en algún lugar de un planeta llamado Pandora. Allí han llegado, a lo largo de los años, corporaciones y cazadores de tesoros de toda calaña. Y allí vuelve (fue su lugar de origen) una cazadora de recompensas llamada Lilith (Cate Blanchett) para hallar a Tina (Ariana Greenblatt), la hija de un jefe corporativo (Edgar Ramírez) que ha sido secuestrada, pero que deberá, forzadamente, unirse a un variopinto grupo de individuos. Todos terminarán emprendiendo la búsqueda de la legendaria bóveda, mientras tratan de eludir a otros interesados en esa especie de Santo Grial y toda clase de obstáculos en un planeta definitivamente hostil.
Si en parte el planteo de héroe grupal que se convirtiendo en una familia disfuncional nos recuerda a Guardianes de la Galaxia, es porque la película intenta ser eso, aunque con un tono un poco más violento. Y se nota mucho, demasiado, como si el film no tuviera más ideas que repetir una fórmula ya conocida, pero apretando los dientes y esforzándose de más. Resultado: más que cocido, quemado. Borderlands también nos presenta un elenco rutilante: además de Blanchett, Greenblatt y Ramírez, están Kevin Hart, Jamie Lee Curtis y hasta Jack Black como la voz de un robot entre infantil y neurótico. Lamentablemente, todos están mal: Blanchett nunca está cómoda en su rol de mercenaria convertida en heroína; Hart todavía no logra ser creíble dentro del género de acción; Curtis y Ramírez están en piloto automático; y hasta Black suena repetitivo en sus chistes. Todo crudo, muy difícil de masticar.
Pero, además, Borderlands nunca consigue trasladar apropiadamente todos los elementos dispuestos a una estructura narrativa fluida y consistente. Por eso cada pasaje da la impresión de ser un nivel del videojuego original puesto de manera atolondrada para complacer a los fans. Crudo, con gusto a poco. E intenta mostrarse canchera a cada instante, con un humor sostenido desde la acumulación sin criterio. Quemado, sin sabor. Y, a la hora de las resoluciones, todo lo hace a las apuradas, con revelaciones que se ven venir a la distancia y secuencias de acción donde todo luce artificial, con efectos especiales de segundo orden y un manejo torpe del montaje. Otra vez crudo.
Las ambiciones de Borderlands de convertirse en una franquicia están a la vista, aunque su imaginario y narrativa son rejuntes de cosas ya vistas, mientras se esfuerza excesivamente por caernos simpática. Roth puso toda la carne al asador, pero todo lo que salió de su parrilla es incomible.
Si disfrutás los contenidos de Funcinema, nos gustaría tu colaboración con un Cafecito para sostener este espacio de periodismo independiente:
