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Garfield: fuera de casa

Título original: The Garfield Movie
Origen: EE.UU. / Inglaterra / Hong-Kong
Dirección: Mark Dindal
Guión: Paul A. Kaplan, Mark Torgove, David Reynolds, basados en el personaje creado por Jim Davis
Voces originales: Chris Pratt, Samuel L. Jackson, Hannah Waddingham, Ving Rhames, Nicholas Hoult, Cecily Strong, Harvey Guillén, Brett Goldstein, Bowen Yang, Snoop Dogg, Dev Joshi
Diseño de producción: Pete Oswald
Montaje: Mark Keefer
Música: John Debney
Duración: 101 minutos
Año: 2024


5 puntos


GARFIELD, EN QUÉ TE HAN CONVERTIDO

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

Los primeros minutos de Garfield: fuera de casa parecen ir en la dirección correcta. El gato, creado en las tiras cómicas por Jim Davis, habla a cámara y le cuenta al espectador cómo llegó a la casa de Jon, su maltratado dueño (aunque en verdad Jon ha sido siempre la mascota de Garfield). Esos minutos adquieren un poco el tono displicente del personaje, su mirada cáustica sobre la vida cotidiana, con algunos chistes que funcionan muy bien. Pero, claro, es apenas una ilusión, o un método de venta ya que ese prólogo se podía ver en el tráiler con el que la película fue promocionada. Hay que decir que a partir de ahí nada será igual y Garfield: fuera de casa se convierte en otro rutinario film animado que cuenta una historia prototípica con la diferencia de tener al icónico gato naranja como protagonista. Pero no alcanza.

El director es Mark Dindal, que tiene en su filmografía la interesante Las locuras del emperador, pero también la paupérrima Chicken Little. Este último antecedente nos da un poco la pauta de la mediocridad en la que esta nueva película animada ingresa progresivamente. En aquel prólogo Garfield cuenta que una noche de lluvia fue abandonado por su padre en un callejón y eso lo llevó a conocer a Jon en un restaurante, donde comienza su maratón gastronómica: se come todo lo que encuentra en una divertida secuencia que aprovecha los recursos del cine de terror. Lo que sigue es la reaparición del padre y una aventura que tendrá el objetivo de recuperar el vínculo paterno filial. En el medio, una gata malvada que los obliga a cometer un delito: robarse toda la leche de una empresa láctea. Y aquí ingresamos en el pasaje más discreto de Garfield: fuera de casa, una aventura sin demasiada invención, convencional, con algunos personajes diseñados feamente, como un toro enamoradizo y dos perros asistentes de la gata malvada. Ahí la película parece una de las tantas producciones de segundo orden de Dreamworks o una típica producción de Illumination.

El problema de fondo aquí es la insistencia de Hollywood por destruir un personaje al que le quiere poner un traje que no le queda, con el fin de explotar comercialmente una nueva aventura animada para toda la familia. Ya lo hizo en un par de películas que mezclaban la animación con la acción real. Garfield es sarcástico, incluso antipático; su mayor gracia son sus acotaciones sobre la vida hogareña y lo cotidiano, cuestiones que indagan en la psicología de los gatos con gracia y precisión. Meter al personaje en una aventura del montón no es sólo el camino hacia una película discreta, sino faltarles el respeto a sus características fundamentales, lo que genera en primera instancia el interés en ver la película. Aunque, claro, si lo que Dindal y sus tres guionistas imaginaron hubiera estado un poco a la altura, seguramente dejaríamos pasar las traiciones al original.


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