No estás en la home
Funcinema

El castillo

Título original: Idem
Origen: Argentina / Francia
Dirección: Martín Benchimol
Guión: Martín Benchimol
Intérpretes: Justina Olivo, Alexia Caminos Olivo
Fotografía: Nico Miranda, Fernando Lorenzale
Montaje: Ana Remón
Música: José Manuel Gatica
Duración: 78 minutos
Año: 2023


7 puntos


UN CUENTO DE CLASES

Por Guillermo Colantonio

(@guillermocolant)

Al comienzo de El castillo respiramos el imaginario de los cuentos tradicionales. Un enorme espacio en medio de la naturaleza, una mujer se levanta, abre las ventanas, los animales corretean y las luces del día asoman para dar vida a las penumbras de la mansión. Mientras esto ocurre, una música acompaña y delimita ese marco genérico. ¿No es acaso un relato maravilloso tener un castillo heredado a disposición?

Justina Olivo, una mujer de descendencia indígena, ha trabajado toda la vida en este lugar y la propietaria le ha legado las 60 hectáreas de terreno, 12 habitaciones, 6 baños y todo el mobiliario aristocrático. El tema es que Justina está atada a una promesa: no vender la propiedad. Con el paso del tiempo parece demasiado. Tanto ella como su hija Alexia disfrutan hasta cierto punto de su situación ya que las obligaciones de mantenimiento vuelven el lugar en una especie de cárcel. Además, la chica tiene otras aspiraciones que no necesariamente contemplan la posibilidad de quedarse allí toda la vida. Para colmo, los fines de semana se vienen a pasar el día los familiares de la difunta señora, a quienes hay que servirlos.

Martín Benchimol aprovecha esta circunstancia para problematizar los vínculos y corroborar un punto de vista: ni siquiera una herencia puede modificar los modos en que se percibe la conciencia de clase. La forma para llegar a esto y para defender la libertad de elección de las dos mujeres (sobre todo en una secuencia final maravillosa) es el docudrama. Por momentos se notan bastante las costuras dramáticas del guión, sin embargo, la naturaleza documental de otros segmentos equilibra la evidente construcción ficcional. En este sentido, el cineasta combina bien la observación de lo cotidiano y, al mismo tiempo, alimenta con dosis inventadas situaciones que nos conducen al laberinto de clases planteado. La sensación es que, sin esta mixtura, apostando por uno u otro camino, la película se agotaría en su premisa. El principal mérito pasa por un trabajo de montaje que logra incorporar una dimensión crítica sobre formas de explotación y conciencia de clase sin abusar de la misantropía, bordeando inteligentemente la comedia y potenciando identidades en pantalla.


Si disfrutás los contenidos de Funcinema, nos gustaría tu colaboración con un Cafecito para sostener este espacio de periodismo independiente:
Invitame un café en cafecito.app

Comentarios

comentarios

Comments are closed.