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Recapitulación de Ahsoka: Shadow Warrior

Por Rodrigo Seijas

(@rodma28)

Muy posiblemente, se haya visto en este capítulo de Ahsoka un punto de quiebre, ese tipo de instancias que hayan reconfigurado a la protagonista y la encarrilen definitivamente en su aventura. Shadow Warrior, escrito y dirigido por Dave Filoni, se desarrolló en dos espacios, o más bien realidades, bastante diferenciados, pero que terminaron interactuando entre sí. Por un lado, con la búsqueda que emprende Hera de Ahsoka y Sabine, que no parecen haber dejado rastros. “Les dije que no se separaran”, es lo primero que se le escucha decir a Huyang con tono sombrío, mientras sostiene el casco de Sabine, y razón no le falta. El rastreo se hace dificultoso y encima el tiempo empieza a jugar en contra, porque desde el Senado no hay buenas noticias: el hecho de haber emprendido una misión sin autorización pone a Hera en una posición extremadamente dificultosa. Pero Jacen, el hijo de Hera, ha heredado habilidades Jedi y eso le permite comunicarse con Ahsoka, ya sea espiritual o dimensionalmente. Porque el cuerpo de Ahsoka sigue en el planeta, pero su verdadera consciencia está en el Mundo entre los Mundos, donde acaba de encontrarse con Anakin Skywalker, quien supo ser su maestro durante sus años de juventud. Es un encuentro ambiguo, que la desafía moralmente, particularmente desde su pasado con ese Jedi que en determinado momento se pasó para el Lado Oscuro y se convirtió en Darth Vader. Por eso se establece un diálogo entre ambos que la lleva a sus épocas de formación, durante la Guerra de los Clones, en la que tuvo que aprender a tomar decisiones difíciles, de esas que son irremediables. La base del aprendizaje que le propone esa reaparición que es Anakin se resume en una simple frase, que es también una elección: “vivir o morir”, porque dependiendo de cómo Ahsoka responda, podrá retornar al mundo de los vivos, o no. Entonces ella deberá lidiar con ese fantasma que es dos seres, dos etapas, héroe y villano a la vez, haciendo tambalear sus percepciones y fortalezas. El choque entre ambos será, por ende, metafórico y literal, porque, en el duelo de sables láser que entablan, Ahsoka deberá luchar un poco consigo misma y demostrarse que puede salir adelante. Anakin terminará aceptando que sí, que a su discípula todavía le quedan energías para continuar con la pelea, justo a tiempo para ser rescatada. Ya recuperada, Ahsoka deberá lidiar con la desaparición de Sabine, dilucidando las particulares circunstancias detrás de ese suceso y su nuevo paradero, que es también el de las fuerzas oscuras que tratan de traer de vuelta al Almirante Thrawn. Ahí es donde Shadow Warrior introduce una vuelta de tuerca bastante antojadiza, aunque claro, estamos en el mundo de Star Wars, que permite muchas cosas. La clave resulta ser esas ballenas gigantes y voladoras que se habían encontrado al arribar al planeta, que poseen las habilidades para realizar traslados interespaciales. Con sus habilidades mentales, Ahsoka logra comunicarse con esas criaturas y que una de ellas le permita acompañarlas en un viaje que no le garantiza llegar al destino deseado, aunque seguramente la fe todo lo pueda. Shadow Warrior fue un capítulo discutible desde su verosimilitud, pero al mismo tiempo encantador desde la confianza que transmite en su propia propuesta.


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