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Recapitulación de Ahsoka: Fallen Jedi

Por Rodrigo Seijas

(@rodma28)

Un capítulo de encuentros y desencuentros, de reuniones y separaciones, donde el pasado y el presente (literal y metafóricamente) se dieron la mano, condicionando el futuro, con varios duelos de sables láser de por medio. Eso fue Fallen Jedi, dirigido por Peter Ramsey, que cerró la primera mitad de Ahsoka y dejó todo abierto de cara a la segunda parte. “No se separen”, les aconseja Huyang a Ahsoka y Sabine cuando ellas se disponen a emprender una carrera contra el tiempo para evitar que Morgan termine de decodificar el mapa y utilice el poderoso anillo construido para viajar por el hiperespacio hasta el lugar donde ha quedado varado el Almirante Thrawn. Ese consejo es casi una premonición, porque en cuanto ambas queden separadas, las cosas no saldrán muy bien. Primero se produce un duelo doble en el bosque, cuando se cruzan con Shin Hati y Marrok: Sabine quedará enfrentada con la primera y Ahsoka con el segundo, en combates que le empiezan a poner temperatura al relato. Con dificultad, Ahsoka vence a Marrok, pero el choque entre Sabine y Shin Hati es parejo continúa y es por eso que Ahsoka sigue camino hasta quedar frente a frente con Baylan en ese templo al borde del acantilado donde se está terminando de decodificar el mapa. Este último ya es definitivamente un personaje muy interesante: trabaja para el Lado Oscuro de la Fuerza, pero no llega a ser un Sith, sino más bien alguien desilusionado con la filosofía Jedi. Y, además, es capaz de hablarle a Ahsoka sobre su pasado como discípula de Anakin Skywalker con un tono honesto que contribuye a la manipulación que finalmente persigue. La cuestión es que este duelo entre ambos también está sobrevolado por la necesidad de Ahsoka de destruir el mapa, con Morgan supervisando la situación a la distancia. Ahsoka consigue su objetivo inicial, ya que detiene momentáneamente la decodificación, pero queda herida en el camino y es finalmente derrotada por Baylan, que la hace caer desde las alturas de un acantilado. Es por eso que la responsabilidad de destruir definitivamente el mapa queda a cargo de Sabine, que también había arribado al lugar junto a Shin Hati. Allí es cuando Sabine debe lidiar con el dilema moral que le había anticipado Ahsoka al comienzo del capítulo: si destruye el mapa, ya no hay chance de que retorne el Almirante Thrawn, pero tampoco de rescatar a su amigo Ezra Bridger. Lo cierto es que Sabine, en buena medida convencida por Baylan, elige la posibilidad de reencontrarse con Ezra, aunque eso implique terminar del lado de las fuerzas imperiales. Hera, que había decidido desobedecer las órdenes del Senado y comandar una pequeña flota de aliados de la Nueva República para ayudar a Ahsoka y Sabine, llega tarde, justo cuando Morgan activa el anillo que le permite ir al encuentro del Almirante Thrawn. En consecuencia, la situación es totalmente negativa, aunque persiste la incógnita de cuál es la situación de Ahsoka luego de su caída del acantilado. La última secuencia de Fallen Jedi nos brinda una respuesta o, más bien, una pista: la vemos despertar en el Mundo entre los Mundos, esa misteriosa realidad paralela que había sido presentada inicialmente en Star Wars: The Clone Wars. Ahí la espera nada más y nada menos que su antiguo maestro, Anakin, que vuelve a ser encarnado por Hayden Christensen. Difícil saber qué sucederá a partir de acá, y quizás haya sido uno de los objetivos principales de este episodio, porque inevitablemente nos deja con ganas de más.


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