No estás en la home
Funcinema

Agente Stone

Título original: Heart of Stone
Origen: EE.UU. 
Dirección: Tom Harper
Guión: Greg Rucka, Allison Schroeder
Intérpretes: Gal Gadot, Jing Lusi, Jamie Dornan, Paul Ready, Enzo Cilenti, Alia Bhatt, Matthias Schweighöfer, Thomas Arnold, Archie Madekwe, Sophie Okonedo, Roy Sampson, BD Wong, Glenn Close, Mark Ivanir, Uriel Emil, Diana Yekinni
Fotografía: George Steel
Montaje: Mark Eckersley
Música: Steven Price
Duración: 122 minutos
Año: 2023
Plataforma: Netflix


4 puntos


EL ESPIONAJE EN SU PUNTO MÁS BAJO

Por Rodrigo Seijas

(@rodma28)

A fuerza de volcar cientos de millones de dólares, Netflix ya consiguió darles un paradojal sello distintivo a sus producciones de acción: la falta de personalidad. Incluso cuando hay directores involucrados que se supone que tienen una mirada propia o que pueden traer algo relativamente nuevo a la mesa, como los Hermanos Russo o Marshall Rawson Thurber. Por eso es que Alerta roja, El Hombre Gris o La vieja guardia se parecen demasiado entre sí y ni siquiera sus respectivas estrellas marcan una diferencia. Solo las dos entregas de Misión de rescate parecen distinguirse un poco desde su brutalidad y estilización en la puesta en escena.

En ese contexto, lo de Agente Stone refuerza la percepción previa: por más que le ponga todo el esfuerzo, se le nota a kilómetros su molde prefabricado. Su esquematismo estético y narrativo no consigue disfrazar con su alto presupuesto. De hecho, queda aún más en evidencia, porque encima no tiene a una estrella con el suficiente carisma: Gal Gadot podrá ser muy linda, pero sus dotes actorales están en general sobrevalorados. Por eso también es difícil empatizar con su protagonista, una agente del MI6 que en realidad está infiltrada, ya que trabaja para una organización secreta llamada El Cartel (pero no de drogas, cua), que opera gracias a que cuenta con un dispositivo de inteligencia artificial llamado El Corazón, que le permite encontrar soluciones a cualquier evento desafiante y hasta anticipar toda clase de situaciones.

En Agente Stone podemos encontrar elementos de sagas de espionaje, como Misión: Imposible, James Bond y hasta Jason Bourne: las organizaciones todopoderosas y frías en sus acciones; el espía encubierto y con perspectiva rebelde; los pasados traumáticos que condicionan el presente; las mascaradas y los traidores que quieren destruir todo y a todos; y un largo etcétera. Y eso no estaría necesariamente mal, si es que esos lugares comunes fueran utilizados con pasión e inteligencia. Sin embargo, el guión de Greg Rucka y Allison Schroeder solo sabe construir personajes unidimensionales -incluso cuando pretenden ser ambiguos- y, en vez de narrar los conflictos desde el movimiento, solo sabe explicitarlos desde la oralidad. Para colmo, la puesta en escena del director Tom Harper no ayuda en lo más mínimo, debido a un automatismo llamativo, en el que la ausencia de creatividad, además de la dependencia de una gritona banda sonora, es la regla. Por eso también todo el relato está repleto de obviedades en los diálogos y decisiones de los personajes, y hasta desperdicia enseguida el único giro interesante de la trama.

El único mérito concreto de Agente Stone es no ser tan mala como La vieja guardia, que era un monumento a la declamación y solemnidad. Pero lo cierto es que está lejos de la medianía de El hombre gris y Alerta roja, y ni hablar de los aspectos más positivos de las dos partes de Misión de rescate. Y por más que ya quiera ser el comienzo de una franquicia, su heroína es muy poco creíble.


Si disfrutás los contenidos de Funcinema, nos gustaría tu colaboración con un Cafecito para sostener este espacio de periodismo independiente:
Invitame un café en cafecito.app

Comentarios

comentarios

Comments are closed.