Título original: Ruby Gillman, Teenage Kraken
Origen: EE.UU.
Dirección: Kirk DeMicco, Faryn Pearl
Guión: Pam Brady, Brian C. Brown, Elliott DiGuiseppi
Voces originales: Jane Fonda, Lana Condor, Toni Collette, Colman Domingo, Blue Chapman, Will Forte, Liza Koshy, Ramona Young, Eduardo Franco, Jaboukie Young-White, Annie Murphy, Sam Richardson
Fotografía: Jon Gutman
Montaje: Michelle Mendenhall
Música: Stephanie Economou
Duración: 90 minutos
Año: 2023
6 puntos
MI FAMILIA ES UN KRAKEN
Por Mex Faliero
En Red, una adolescente descubría subrepticiamente que una herencia milenaria afectaba a las mujeres de la familia y la convertía en una panda roja gigantesca cada vez que se enfurecía. En Luca, una joven criatura marina salía a la superficie y lograba ocultar su aspecto monstruoso para convivir entre los humanos. Krakens y sirenas: Conoce a los Gillman, la nueva producción de Dreamworks, tiene elementos de ambas películas de Pixar: Su protagonista, Ruby, vive con su familia kraken (esas criaturas marinas de la mitología nórdica) en un bonito pueblo costero. Y para disimular su aspecto diferente (son azules y con estructuras óseas más bien maleables) dicen ser canadienses -gran chiste-. Pero la pobre Ruby descubre su herencia familiar justo en el mismo momento en que está por participar del baile de promoción de la escuela (instancia de máxima tensión para los adolescentes norteamericanos) y está enamorada de un chico: Cae al océano por accidente y su cuerpo toma dimensiones gigantescas, lo que genera el horror en la comunidad.
Claro que a diferencia de Red y Luca, Krakens y sirenas… carece de profundidad. No es ni una inteligente metáfora sobre el conflicto de ser adolescente, como Red, ni una emocionante fábula sobre la amistad, como Luca. Es, como suele ocurrir con la producción de Dreamworks de los últimos años, una película carente de ambición, cuyo resultado se da a partir de la suma de sus partes, de una acumulación de personajes y situaciones cómicas que se expresan por medio de la comedia y la aventura. A veces las cosas salen muy bien, como en Un jefe en pañales, porque aquella película tenía algo para contar y encontraba una forma creativa para hacerlo. Pero aquí las cosas son más bien a reglamento, con una pericia técnica que ya no sorprende (visualmente es notable), un uso de la banda sonora con temas pop que se hace un poco repetitiva y con demasiados arquetipos esbozados apenas con cierta gracia. Algo ayuda la habitual apuesta de Dreamworks por el humor veloz, lo que le da ese divertido toque neurótico que es marca de la compañía.
Finalmente, Krakens y sirenas… se define como un relato fantástico que se toca con las historias de superhéroes: Ruby, heredera del trono del reino subacuático de los krakens, tiene que proteger un tridente muy preciado por las sirenas. Y en el camino, revelarse ante la comunidad y sus amigos, y recuperar los lazos con sus orígenes. Porque la película de Kirk DeMicco y Faryn Pearl es en definitiva la historia de una chica que debe reafirmar su identidad y elegir un destino. Es verdad que el legado kraken le deja poco para elegir, pero también que al final Ruby decide cómo llevar adelante su vida. El mensaje es más o menos el esperable, pero Krakens y sirenas… lo hace con bastante economía de recursos y en apenas 90 minutos. No es poco decir en estos tiempos de gigantismo innecesario.
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