No estás en la home
Funcinema

Casi muerta

Título original: Idem
Origen: Argentina
Dirección: Fernán Mirás
Guión: Beatriz Carbajales, Fernán Mirás, Rodrigo H. Vila, sobre el guión original de Patxo Telleria
Intérpretes: Natalia Oreiro, Alberto Ajaka, Violeta Urtizberea, Paola Barrientos, Diego Velázquez, Ariel Staltari
Fotografía: Daniel Ortega
Montaje: Ariel Frajnd
Música: Emilio Kauderer
Duración: 105 minutos
Año: 2023


5 puntos


ALGUNOS SIGNOS VITALES

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

En su ópera prima como director, El peso de la ley, Fernán Mirás demostraba ser un realizador con inquietudes que no temía sobrepasar ciertos límites narrativos cuando la formalidad del relato invitaba a la prudencia. Y muy especialmente lo que sobresalía era una mirada sardónica, humorística, incluso hasta la incomodidad, por cuanto la mirada sobre ciertos personajes borders estaba alejada de los cuidados habituales. En su momento lo atribuimos, claro que sí, a la pertenencia de Mirás como actor a la comedia, un género donde se ha movido con soltura y gracia. Por lo tanto no deja de ser curioso -y un tanto decepcionante- que en su segunda película como director haya elegido una comedia hecha y derecha, y precisamente lo que falla es el timing cómico.

Casi muerta es una remake de un film español de 2012 y cuenta con un elenco probado en el género, tal vez con la excepción de Diego Velázquez, más reconocido en sus roles dramáticos. Pero digamos que Natalia Oreiro, Violeta Urtizberea y Paola Barrientos son tres actrices que cualquiera querría tener en una comedia, por lo que Mirás tenía elementos sobrados como para que, buena o mala, al menos no fallara ahí donde no tenía que fallar. A favor del director podemos decir que otra vez muestra cierta inquietud como narrador en una apuesta poco habitual el cine argentino: la comedia negra. Casi muerta es una película que tiene a la muerte como tema principal, pero que esquiva lo más que puede toda mirada solemne sobre el asunto. En lo concreto es una comedia romántica en la que una mujer con una dolencia cardíaca con diagnóstico complicado decide finalmente confesar el amor que sentía por un amigo. Y viceversa (aunque el amigo no se está por morir, pero sí por ir a vivir con su novia). Lo llamativo de Casi muerta, que avanza con un tono un poco monocorde y a fuerza de chistes que no funcionan, es que fluye mejor cuando no quiere ser una comedia. Es en la historia de amor, que Oreiro y Velázquez manejan con oficio (aunque la pareja no luzca todo lo verosímil que debería lucir en pantalla), donde la película es más efectiva y más cercana a cierta emoción genuina. El humor negro, combustible fundamental de la historia, luce por momentos un poco forzado, como si sus intérpretes fueran demasiado conscientes de que están haciendo chistes con algo tabú.

El problema que evidencia la película de Mirás con la ejecución de la comedia queda ejemplificado en la última media hora. Allí se da una situación típica del género, esa instancia en la que las mentiras del protagonista explotan en su cara (tópico fundamental) y tiene que hacer malabares para que no lo descubran. Por lo general este tipo de situaciones se construyen sobre un hilo muy delgado, donde un paso en falso lleva a lo inverosímil. Y eso ocurre en Casi muerta, en el contexto de una cena navideña donde todo luce demasiado forzado ya no sólo por la puesta en escena, sino también por un guión que le exige demasiado al espectador. Más allá de sus aciertos parciales y sus apuestas que se agradecen, Casi muerta entrega un todo que está muy por debajo de lo que sugerían sus partes.


Si disfrutás los contenidos de Funcinema, nos gustaría tu colaboración con un Cafecito para sostener este espacio de periodismo independiente:
Invitame un café en cafecito.app

Comentarios

comentarios

Comments are closed.