Título original: Gunpowder Milkshake
Origen: Francia / Alemania / EE.UU.
Dirección: Navot Papushado
Guión: Navot Papushado, Ehud Lavski
Intérpretes: Karen Gillan, Joanna Bobin, Freya Allan, Lena Headey, Ed Birch, Paul Giamatti, Ralph Ineson, Adam Nagaitis, Carla Gugino, Angela Bassett, Michelle Yeoh, Samuel Anderson, Mai Duong Kieu, Michael Smiley, Jack Bandeira, David Burnell IV, Ivan Kaye, Anita Olatunji, Joshua Grothe, Lee Huang, Chloe Coleman, Luka Omoto, Jonathan Failla
Fotografía: Michael Seresin
Montaje: Nicolas De Toth
Música: Haim Frank Ilfman
Duración: 114 minutos
Año: 2021
Plataforma: Amazon Prime Video
5 puntos
UN COLLAGE APENAS PIROTÉCNICO
Por Rodrigo Seijas
(@rodma28)
Dentro de la ola reciente de cine de acción al que podríamos llamar “inclusivo” -básicamente por su énfasis en los protagonismos femeninos y en cómo mira con cierto desprecio a la masculinidad-, Cóctel explosivo es posiblemente la expresión más honesta. Quizás eso suceda porque se hace un poco cargo de que esta especie de sub-género más temático que formal y hasta un poco culposo -es un cine de acción para que los biempensantes que no se sientan culpables por ver “una de tiros”- ya ha encontrado una rápida cristalización. De ahí que utilice con algo más de ligereza e inteligencia un sinfín de lugares comunes, aunque no pueda evitar una pose en la que alterna la canchereada con la solemnidad, pero sin llegar a irritar.
El film de Navot Papushado se centra en Sam (Karen Gillan), una joven que, a pesar de que su madre la abandonó cuando solo tenía doce años, ha seguido sus pasos y se ha convertido en una experta asesina a sueldo. Sin embargo, cuando decide proteger a una niña de ocho años (Chloe Coleman), yendo en sentido contrario a los intereses de una organización llamada -de forma tan simple como pomposa- “La Firma”, se convertirá en el blanco de una multitud de criminales y homicidas. En su huida, terminará reencontrándose con su madre (Lena Headey) y uniéndose ambas a un grupo de asesinas veteranas (Angela Bassett, Michelle Yeoh y Carla Gugino) para enfrentarse a sus enemigos.
Si bien Papushado quiere desplegar referencias a las filmografías de Alfred Hitchcock, Akira Kurosawa, Jean-Pierre Melville y Sergio Leone, Cóctel explosivo termina apoyándose principalmente en el cine de Quentin Tarantino -en particular, Kill Bill– a nivel estético y en la saga de John Wick desde su intento de construir un submundo criminal. Al mismo tiempo, procura delinear un drama materno-filial por partida doble, con Sam tratando de saldar cuentas con su madre y, a la vez, desarrollando un vínculo de protección maternal para con esa niña que un poco le hace recordar a ella misma cuando era más joven. En esa especie de collage estético y narrativo, los mejores pasajes son, nada sorpresivamente, esos donde los conflictos se expresan a través de la violencia, el movimiento y algo de humor negro.
A Cóctel explosivo se le nota demasiado su diseño previo, sostenido en el impacto visual y la rudeza algo impostada de sus personajes principales en vez de la consistencia de su pequeño cuento de redención a los tiros, que se va haciendo demasiado previsible y desinflando en los minutos finales. Por suerte, la película no se pasa de ambiciosa, no baja línea en exceso y aprovecha bastante el carisma de su elenco principal, que exhibe sus capacidades físicas en tiroteos y peleas filmados con solvencia. Eso sí, estamos ante un film donde ninguno de los personajes sale del estereotipo y que se olvida casi al instante.
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