Título original: The Corrupted
Origen: Inglaterra
Dirección: Ron Scalpello
Guión: Nick Moorcroft
Intérpretes: Sam Claflin, Timothy Spall, Hugh Bonneville, Noel Clarke, Charlie Murphy, Joe Claflin, Naomi Ackie, Aled Arhyel, David Hayman, George Russo, Don Gilet, Cathal Pendred, Alan McKenna, Decca Heggie
Fotografía: Richard Mott
Montaje: Peter Christelis
Música: Andrew Kawczynski
Duración: 103 minutos
Año: 2019
5 puntos
INGLESA DISCRECIÓN
Por Nicolás Pratto
En período de elecciones es moneda corriente escuchar el discurso de la anti-corrupción, convirtiéndose en paladines de la justicia y amantes de las cámaras. Es un arma de doble filo, implica reconocer la complicidad del “sistema” y que sus representantes son influenciables. A diferencia de otros medios non santos, corrompe a las instituciones que en teoría están para frenarla, haciendo que miren a un costado. Un ejemplo es el que indaga Telaraña de corrupción, teniendo como escenario de fondo los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
La película de Ron Scalpello se basa en los hechos reales que involucraron al empresario Clifford Cullen y sus negocios criminales al comprar tierras que luego serían utilizadas para construir la villa olímpica, con la complicidad de gran parte de la policía y de otros inversores. La historia se divide entre dos detectives que investigan casos cerrados no del todo aclarados, la presunta complicidad entre pares y sus superiores. Por su parte, se encuentra Liam, recientemente liberado de prisión, reconectándose con su familia y trabajando como boxeador para Cullen, desconociendo que el empresario asesinó a su padre para obtener sus terrenos.
Estamos frente a una película aceptable sobre el bajo fondo de Londres, aunque sus personajes, sobre todo el empresario, cae en un convencionalismo de lo “mafioso”, interpretado por Timothy Spall, con un actuar sereno, frases sobre la familia y una violencia que se sostiene gracias a sus matones. Haciendo interesante la redención de Liam ante su esposa e hijo, no volver a delinquir y el conflicto que significará oponerse a Cullen que lo apadrinó en el boxeo. Interesante en sus escenas de acción como una persecución a pie o el asalto a una casa, pero discreta en general, por momentos haciendo extensos sus 100 minutos de duración.
Cierto cine que representa a la mafia se encuentra aún arraigada a la trilogía de El padrino, cómo no hacerlo, pero hasta el propio Coppola se encargó de sepultar en la tercera entrega a aquella figura de poder e intimidación que ya no es requerida o resulta una molestia en un sistema corrupto que se renueva en sus métodos. Telaraña de corrupción tímidamente dialoga al respecto sobre el final, pero durante el sostiene de manera insulsa la estampita de Don Corleone.
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