Por Mex Faliero
El 36° Festival de Cine de Mar del Plata (o como me gusta decirle, el Festival Internacional de Cine de Buenos Aires que se Hace en Mar del Plata), aunque demorado en sus novedades por múltiples complicaciones (sanitarias, económicas y políticas), está a la vuelta de la esquina. Del 18 al 28 de noviembre la ciudad volverá a ser sede del encuentro cinematográfico internacional más importante de la región, en una edición que -se anunció- tendrá actividad presencial a la vez que se continuará con lo virtual. El Festival es un clásico como clásicas son algunas instancias que muestran, una y otra vez, la imposibilidad de la ciudad por hacerse dueña de un acontecimiento que le termina siendo siempre ajeno. En este sentido, el pasado jueves se realizó un acto protocolar que juntó a autoridades del Festival con autoridades políticas y culturales de la ciudad, y que además tuvo la presencia en son de paz de referentes locales de las fuerzas políticas de Juntos por el Cambio y del Frente de Todos, algo que seguramente -digamos todo- se lo debamos al clima de campaña electoral. Nadie se quiere quedar afuera de ninguna foto. Durante el encuentro, en el que se firmó un acuerdo de colaboración entre Municipio y el INCAA, se destacó el compromiso de la ciudad para participar activamente de la organización del 36° Festival. No está mal, y es un paso adelante, que por una vez la Municipalidad tienda un puente y se preocupe por ser parte. Se dice por los pasillos que sin el aporte de la Municipalidad este año el Festival hubiera sido bastante difícil de organizar. Lo celebramos. Ahora bien, estaría bueno que el Estado local mostrara el mismo interés en aquellos eventos que se generan genuinamente desde la ciudad. Para el intendente Guillermo Montenegro, según manifestó, es importante este encuentro “en particular para la generación de eventos culturales, que así como los deportivos, recreativos, y una agenda para todo el año, generan empleo”. Con mirada extranjera, el jefe comunal considera que el tan mentado calendario de doce meses se construye con actividades externas, exportadas, producidas afuera y que usan la ciudad como telón de fondo. En la misma senda va el secretario de Cultura, Carlos Balmaceda, quien remarca que “los marplatenses estamos orgullosos de ser los anfitriones del único Festival de Cine Clase A de Latinoamérica”. De más está decir que no deberíamos ser los anfitriones, sino más bien los organizadores. Pero si no podemos con un acontecimiento de semejante envergadura, la ciudad cuenta con organismos, instituciones y particulares que organizan anualmente diversas actividades de todo tipo, festivales, encuentros, ciclos, propuestas relacionadas con el cine, el teatro, la música o el arte que sea. Se necesita desde esta ciudad que se autopercibe cultural una Secretaría de Cultura atenta a lo que pasa, curiosa, que indague en el movimiento interno, que motorice, que acompañe, que ayude, que aporte para que la agenda de doce meses se construya con eventos que tengan una identidad propia. Ni siquiera hace falta dinero; hacen falta ideas, logística. Apoyar sin esperar nada a cambio y sin que los organizadores y productores tengan que transitar demasiados pasillos y golpear demasiadas puertas para ser escuchados. Los eventos, la actividad, la gente que crea, está, ni siquiera los tiene que inventar la Municipalidad. Hay que tener imaginación y buena predisposición. Y dejar de estar tan preocupado en peinarse para las fotos.
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