Por Patricio Beltrami
El Universo Cinematográfico Marvel (MCU) no es solo un gigante entramado de películas y series, sino que se ha demostrado que cada saga que lo compone representa en sí misma una pequeña galaxia, que constantemente entra en relación con el resto de las historias. Particularmente, tres franquicias individuales inicialmente constituyeron la base del MCU a lo largo de la Saga del Infinito: las trilogías Iron Man, Thor y Capitán América. De estas, solo Thor (Chris Hemsworth) tiene asegurada su continuidad a futuro, mientras que la pesada herencia de Iron Man (Robert Downey Jr.) se dividirá en, por lo menos, cuatro títulos: Spiderman; Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos; Armor Wars y Ironheart. En tanto, pareciera que el legado del Capitán América ha recaído exclusivamente en Falcon y el Soldado de Invierno.
Al igual que ocurre todos los años, Disney aprovechó el Superbowl para lanzar el tráiler de alguna producción, y en este caso se vio el avance final de la segunda serie de Marvel en streaming, aunque no obtuvo demasiada repercusión por fuera de los fanáticos. Entre otras cuestiones, el contenido del adelanto está mayormente compuesto por escenas de acciones similares o idénticas a las que habían conformado el primer adelanto de la serie. Asimismo, no existen novedades en relación al conflicto de la historia, más allá de algún diálogo o plano perdido entre la avalancha de imágenes de acción. Además, el avance quedó a la sombra de WandaVision. La primera producción del MCU en Disney + no solo goza de una muy buena recepción en la audiencia, sino que justamente transita el mejor momento de la temporada.
Dicho todo esto, la serie, cuyo estreno será el 19 de marzo, deberá afrontar el desafío de construir historias y personajes que salgan del paraguas que representa la figura del retirado Capitán América (Chris Evans). Principalmente, esta situación afecta a los protagonistas de la historia, quienes han definido su lugar dentro el universo Marvel en función de sus relaciones con Steve Rogers: Sam Wilson/Falcon (Anthony Mackie), aliado leal al súper soldado, incluso en sus peores momentos; y James “Bucky” Barnes/Soldado del Invierno, viejo amigo de Rogers y némesis del vengador (faceta mejor explotada del personaje). Si bien Falcon y Bucky ya compartieron escenas en cuatro películas, hasta ahora buena parte de sus interacciones trascurrieron en la dinámica frenemy (amigo-enemigo), apuntando más a pasajes de comedia que a destacarlos juntos en la acción. Un contexto similar regirá para Sharon Carter (Emily Van Camp), aliada e interés romántico del Capitán América en El Soldado del Invierno y Civil War.
No obstante, de todos los herederos de la saga pareciera que Helmut Zemo (Daniel Brühl) cuenta con un panorama más claro. Junto a Thanos, fue uno de los pocos villanos del MCU que había alcanzado su objetivo. Después de haber conseguido separar a Los Vengadores, Zemo manifiesta en el tráiler que irá por una nueva meta: acabar con los superhéroes. Seguramente, a partir de esta premisa se abrirán dos grandes frentes de conflicto: el rechazo del gobierno estadounidense a Wilson y, sobre todo, a Barnes con la elección de un nuevo Capitán América (Wyatt Russell); y la amenaza que representa la aparición del grupo terrorista The Flag-Smasher.
Sumado a las premisas que no fueron difundidas y los giros que tendrá la historia, el escenario es altamente promisorio para que Falcon y el Soldado de Invierno terminen de conformar una identidad propia. Como ocurre con todas las producciones del MCU, las consecuencias derivarán en nuevos y mayores conflictos, tanto para los protagonistas como para el resto de los héroes de Marvel. Sin embargo, lo interesante será que la historia pueda exhibir elementos que la definan y la distingan del resto, y que ambos protagonistas finalmente encuentren su lugar y adquieran real relevancia en vista al futuro del MCU. De lo contrario, la serie será recordada como un simple spin-off de la trilogía Capitán América.