No estás en la home
Funcinema

Acosador nocturno: A la caza de un asesino en serie – Miniserie

Por Rodrigo Seijas

(@rodma28)

Todas las series documentales sobre asesinos seriales producidas por Netflix han sido -en mayor o menor medida- vehículos para releer el género policial desde una perspectiva realista y testimonial. Pero quizás sea en Acosador nocturno: a la caza de un asesino en serie donde esto queda más patente, ya que podemos ver incluso cómo la ficción se ha retroalimentado con la realidad. Es que la miniserie dirigida por James Carroll y Tiller Russell utiliza la historia de cómo uno de los asesinos seriales más notorios de la historia fue rastreado, apresado y juzgado para desplegar todos los lugares comunes del policial: el joven pero prometedor detective que forma pareja con el más veterano y experto; el homicida despiadado y escurridizo, con un patrón tan aleatorio como letal; los crímenes terribles y aberrantes; los rostros y/o las declaraciones de las víctimas interpelando a los investigadores; la población cada vez más aterrada y reclamando justicia; una ciudad como Los Ángeles convertida en un laberinto mortal; y una cacería que enfrenta dificultades temporales, logísticas y hasta políticas. Con esa base, hay momentos de la miniserie donde tenemos la sensación de estar ante un institucional de la Policía de Los Ángeles, pero otros donde predomina la impresión exactamente contraria: un relato que nos dice a los gritos que la profesión policíaca es la peor posible. Y ahí está posiblemente el mayor mérito de esta producción, que se sustenta en dos personajes particularmente honestos y nobles, aún con sus dobleces y contradicciones: los detectives Gil Carrillo y Frank Salerno, dos tipos extremadamente profesionales que afrontaron enormes presiones, no solo laborales, sino también familiares y hasta psicológicas. Ellos son el gran motor narrativo de un relato que se alimenta de tonalidades que abarcan desde el terror hasta el drama social, dosificando la información de forma francamente atrapante. De hecho, hay varios pasajes de una tensión casi angustiante, donde la falta de respuestas sólidas y de pistas concretas se dan la mano con la desesperación creciente mientras las matanzas se acumulan. Todo esto llega al clímax con el hallazgo del asesino, Richard Ramirez, que es realmente el villano perfecto: su rostro afilado, sus ojos vacíos, su olor nauseabundo y sus declaraciones plagadas de reivindicaciones satánicas lo convierten en una encarnación del mal absoluto, casi irreal y por ende fascinante, incluso desde lo repulsivo. Eso le permite dominar el último episodio y establecer el marco de igualdad que necesita una historia así: para héroes como Carrillo y Salerno, nada mejor que un antagonista a su altura, orgulloso hasta el final de su maldad. Acosador nocturno: a la caza de un asesino en serie utiliza todos estos elementos con plena consciencia sin resignar empatía, construyendo una narración apasionante desde sus atmósferas tétricas y oscuras.

-Los cuatro episodios de Acosador nocturno: a la caza de un asesino en serie están disponibles en Netflix.

Comentarios

comentarios

Comments are closed.