Título original: The Christmas Chronicles 2
Origen: Canadá
Dirección: Chris Columbus
Guión: Chris Columbus, Matt Lieberman, sobre los personajes de Lieberman y David Guggenheim
Intérpretes: Kurt Russell, Goldie Hawn, Kimberly Williams-Paisley, Patrick Gallagher, Tyrese Gibson, Judah Lewis, Julian Dennison, Darby Camp, Jahzir Bruno, Christy St. John, Amanda Cleghorn, Michel Issa Rubio
Fotografía: Don Burgess
Montaje: Dan Zimmerman
Música: Christophe Beck
Duración: 112 minutos
Año: 2020
4 puntos
UNA NAVIDAD CUALUNQUE
Por Mex Faliero
Hace un par de años Las crónicas de Navidad fue una de las más interesantes actualizaciones de la mitología navideña, un subgénero que guarda algunos clásicos inoxidables y una mayoría de películas infumables, plagadas de discursos positivos y enseñanzas de vida subrayadas. Aquel film de Clay Kaytis se valía de algún recurso gastado como el de la cámara en mano, que se justificaba como una forma de meterse en la intimidad de un Papá Noel especialísimo interpretado por Kurt Russell. El actor, y su creación, eran la clave sobre la que la película funcionaba y se distinguía: un Santa Claus un poco pendenciero, pero a la vez un profesional de la entrega de regalos a domicilio. Las crónicas de Navidad era ligera, divertida, original y con alguna secuencia musical desopilante. Obviamente, a partir de Netflix y su necesidad de generar franquicias, la secuela estaba asegurada.
Y es curioso que todo salga tan mal como sale aquí, teniendo detrás de cámaras en esta segunda parte a alguien mucho más experimentado en el territorio del film familiar que el citado Kaytis. Si bien Chris Columbus puede ser alguien odioso (Mi pobre angelito, Papá por siempre, las dos primeras de la saga Harry Potter), tiene el conocimiento suficiente como para hacer que una película de nicho como esta se narre de manera fluida. Sin ser una maravilla, por ejemplo, Píxeles sabía combinar el universo de Adam Sandler con un entretenimiento ATP. Pero aquí todo se empantana en una sumatoria de discursos y bajadas de línea que la convierten en un film de Navidad cualunque, sin los rasgos distintivos de la original y sí con muchos de esos lugares comunes de los que aquella escapaba inteligentemente.
Seguramente la falla venga de la operación que la película propone. Si en la primera teníamos a Papá Noel inmiscuido en una serie de aventuras terrenales y urbanas, ahora los niños viajan al Polo Norte para vivir su experiencia en la tierra de Santa, donde tienen que ayudar a sostener la festividad ante el asedio de un elfo un poco rencoroso. Pero Las crónicas de la Navidad 2 no logra hacer de ese mundo navideño, ni desde el diseño ni desde la exposición, algo realmente interesante. Hay como un amague por la sátira, pero dura poco. O en todo caso el humor no funciona, y además el Santa de Russell pierde bastante del encanto que tenía en la película original, que era en definitiva lo que hacía de aquel film algo superior a la media. Las crónicas de Navidad 2 es el camino de autodescubrimiento de ambos chicos, que aprenden a perder sus miedos y a comprender a los demás. Que lo que sobresalga sea lo didáctico es una muestra de lo funcional y rutinaria que se vuelve la película. Y claro, la mejor escena es en un aeropuerto, en la Tierra, recuperando algo del encanto de la primera parte.