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Las crónicas de Navidad

Título original: The Christmas Chronicles
Origen: EE.UU.
Dirección: Clay Kaytis
Guión: David Guggenheim, Matt Lieberman
Intérpretes: Judah Lewis, Darby Camp, Kurt Russell, Vella Lovell, Jameson Kraemer, Lauren Collins, Solla Park, Jonathan Kim, John Koo, Seth Mohan, Kayla Lakhani, Glen McDonald, Danielle Bourgon, Tony Nappo
Fotografía: Don Burgess
Diseño de produccción: Paul D. Austerberry
Música: Christophe Beck
Duración: 108 minutos
Año: 2018


7 puntos


EL KURT RUSSELL QUE SALVÓ LA NAVIDAD

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

Cada diciembre me hago el mismo plan: aprovechar el mes para ver todas las películas que me quedaron pendientes del año. Pero las tareas se acumulan, llegan las Fiestas y me queda más en el debe que en el haber. Y, por eso, termino viendo una película navideña cuando ya estamos entrados en enero, como me ocurrió con esta producción de Netflix Las crónicas de Navidad. La mala noticia es que el espíritu festivo ya pasó hace rato y todo lo que ocurre en la pantalla resulta un poco fuera de tiempo, pero la buena noticia es que esta película de Clay Kaytis suma algunos elementos bastante atractivos, especialmente en la entrega notable con que Kurt Russell interpreta al Papá Noel más carismático de la historia del cine.

Kaytis es un hombre experimentado en el campo de la animación, director de la muy divertida Angry birds, por ejemplo. Y en Las crónicas de Navidad utiliza algunos de los recursos de aquel formato para aligerar la carga sensiblera de toda historia ambientada en tiempos navideños: hay dos hermanos, una niña y un adolescente (la muy espontánea Darby Camp y Judah Lewis), que viven con una madre que trabaja para sostener el hogar y sufren por la ausencia del padre, muerto recientemente y espíritu festivo si los había. Luego de un castigo impuesto por la madre, los hermanos deciden, a instancia de la más chiquita, poner una cámara en el living y capturar el momento en que Papá Noel baja por la chimenea a dejar sus regalos. Y en ese momento, en el preciso instante en que ingresa en escena San Nicolás, es cuando la película hace un quiebre, deja en suspenso el drama ramplón e infantil, y se prende a la aventura alocada y veloz en una suerte de road movie urbana, con los chicos ayudando a Papá Noel en una accidentada entrega de regalos.

La clave de la película es el concepto de ese Papá Noel que interpreta con energía contagiosa el gran Russell. Estamos ante un profesional de la felicidad y la entrega de juguetes, un tipo que se toma seriamente su actividad y que no necesita explicar demasiado su presencia en la Tierra, aunque a veces la inconsciencia lo lleva a enfrentar situaciones peligrosas. La sabiduría del cine animado le permite a Kaytis avanzar sobre un verosímil que no precisa demasiadas presentaciones: lo mágico y lo fantástico se dan cita con una lógica que se sostiene. Y Russell parece divertirse a lo grande en una película que sabe que su presencia es lo que le da valor agregado, jugando con la iconografía cinematográfica que el actor representa con su sola presencia: lo suyo es puramente festivo, lúdico, una construcción para nada solemne entendiendo completamente que lo infantil no es sinónimo de tonto. A eso le sumamos unos duendes con espíritu gremlin (ahí luce Kaytis en el uso de la animación cartoonesca) y un villancico carcelario realmente disparatado. Es verdad que Las crónicas de Navidad se dirige a la resolución con moraleja y que los niños se involucran en la aventura para terminar aprendiendo algo. Pero también es cierto que más allá de algún subrayado, las lecciones son las justas y necesarias. Lo que queda entonces es ese espíritu disparatado y una actuación festiva de ese pedazo de cine llamado Kurt Russell.

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