Por Mex Faliero
El origen de Tales from the Loop es singular. A partir de las ilustraciones neofuturistas y surrealistas del artista y diseñador sueco Simon Stålenhag, el showrunner Nathaniel Halpern creó una serie que tiene un aspecto visual que determina el tono: una coloración pastel y sobria, una fusión de tecnología indeterminada temporalmente (es como una mezcla de los años 50’s con los 80’s, en una suerte de espacio que remite a Europa del Este en tiempos de Guerra Fría), un clima bucólico y personajes atravesados por una tristeza evidente y una búsqueda constante de su propio destino. Tales from the Loop es una serie de ciencia ficción en la que lo que importa son las preguntas: es ese tipo de ciencia ficción existencialista que tiende a la solemnidad, pero que por algún motivo, y por toques de humor muy precisos, transita la trascendencia sin nunca ahogarse en el camino, aunque se atragante un poco en algunos capítulos. En lo concreto, Tales from the Loop cuenta la historia de un grupo de personajes que viven en un pueblo ubicado sobre una planta, el “Loop” del título, en la que se ha desarrollado un experimento científico sobre el que no hay demasiadas explicaciones. Solo, que allí pasan cosas raras que impactan en la vida de los personajes: hay loops temporales, viajes en el tiempo, portales a otra dimensión, transferencias de cuerpos, robots que observan todo sin poder interactuar y que vagan por el bosque. Cada capítulo se centra en la vida de algún personaje, con elementos que conectan diversos episodios. Es muy atractivo ver cómo el mundo visual de Stålenhag sirve para que Halpern desarrolle una serie de ideas, y muy especialmente aborde ese tema universal y misterioso: el tiempo. El paso del tiempo, aquello que hacemos con el tiempo y lo que el tiempo hace con nosotros es el gran leitmotiv de la serie: “un abrir y cerrar de ojos”, dicen varios personajes cuando se enfrentan a ese misterio. Por momentos, Tales from the Loop pareciera ser un hijo surgido a partir de una relación entre Isaac Asimov, Steven Spielberg y Raymond Carver: hay una mirada práctica y humana sobre la tecnología, una relación entre lo humano y lo tecnológico como una gran aventura, y un pesimismo absoluto sobre vidas rotas que no logran ser sanadas. Es que sí, Tales from the Loop es una serie de una tristeza y una angustia singular: Rebecca Hall, Paul Schneider, Jonathan Pryce y el pequeño hallazgo de Duncan Joiner son los encargados, con su presencia, de transmitir todas las emociones que transmite esta serie. Compuesta de ocho capítulos, esta primera temporada (desconozco si habrá alguna más) cuenta con la dirección de nombres como los de Mark Romanek, Ti West, Andrew Stanton o Jodie Foster. Y si bien todos tienen una factura impecable, el de So Yong Kim (Transpose) es angustiante, el de Stanton (Echo Sphere) es de esos episodios para llorar a mares, el de West (Enemies) destaca por su conocimiento para generar climas y una ternura notable hacia el final, y el de Foster (Home), que cierra la temporada, es una obra maestra en sí mismo. Hay que animarse a Tales from the Loop, aunque uno salga medio desarmado de la experiencia.
-La primera temporada se puede ver en Amazon Prime Video.