Por Mex Faliero
El terrorismo internacional, la situación en Medio Oriente, el intervencionismo norteamericano, el fanatismo, la América profunda, lo religioso, el negocio de la fe y lo fantástico se cruzan hasta lo inverosímil en Mesías, serie lanzada por Netflix que no tuvo la suerte de pasar de una primera temporada (ya fue cancelada), aunque el final nos deja un cliffhanger más grande que la vida misma. En lo concreto es un thriller de espionaje, al que se le incorpora una vuelta de tuerca interesante: ¿qué pasaría si un árabe acusado de terrorismo, Al-Mashid, hiciera milagros? Incluso es más provocador: si Jesús apareciera hoy ante nuestros ojos ¿sería bienvenido o lo acusarían de terrorista? Es una premisa cuanto menos curiosa y que bien desarrollada hubiera permitido una intriga más que atractiva. No es que esta serie no lo logre del todo (de hecho se consume velozmente), pero bien es cierto que la historia va presentando personajes que se pierden, abriendo subtramas que no llevan a ningún lado y sosteniendo su premisa, a veces, como con demasiado poco rigor. Por ejemplo, se sospecha que lo de Al-Mashid son en verdad actos de ilusionismo, pero nunca se investiga a fondo dónde está el truco. Sin embargo, hay que reconocerle a la serie creada por Michael Petroni que trabaja de manera interesante el tema de la sorpresa y la sugestión: si la superficie es de thriller dramático y administrativo (como un Homeland de segunda mano), con una atmósfera sumamente solemne, los eventos fantásticos (caminatas sobre el agua, apariciones misteriosas y toda referencia bíblica que se imagine) actúan como incómodos giros argumentales. El espectador como uno, escéptico de estas cosas, queda como Lisa en el capítulo del ángel en Los Simpson: no creemos, pero no dejamos de subyugarnos. En ese sentido, Mesías avanza durante sus diez capítulos sin nunca terminar de dar una certeza acerca de quién es Al-Mashid, aunque a veces enrulando demasiado el rizo en post de sostener ese misterio. La serie dirigida por los experimentados James McTeigue (V de venganza) y Kate Woods (Agentes de S.H.I.E.L.D) cuenta en su reparto con intérpretes probados como Michelle Monaghan, John Ortiz, Jane Adams, Philip Baker Hall o Dermot Mulroney, todos teniendo a su cargo personajes rotos, a un lado y otro de la fe. Porque sí, a veces Mesías pude ser un poco depresiva. Pero hay un elemento curioso, un detalle de puesta en escena, que muestra un poco la batidora de referencias que es la serie. Y también lo indescifrable de su camino. Al-Mashid luce en algunos capítulos un look deportivo, pero el vestuario se encarga de hacer resaltar los logos de la ropa. Uno puede imaginar que hay una cuestión de auspiciantes, pero la cosa que complica más cuando descubrimos que en algún episodio la ropa es deliberadamente Nike y en otros, deliberadamente Adidas. No recuerdo un caso de dos marcas competidoras y de primera línea compartiendo espacio publicitario en una misma serie o película. Tal vez Mesías nos intente convencer con su superposición de logos acerca del sincretismo capitalista, y nos muestre que los mesías de hoy no son más que productos de mercado difundidos a través de Instagram. En todo caso, un misterio que ya no podremos resolver.
–La temporada de Mesías se puede ver en Netflix.