Por Mex Faliero
Cada tanto me agarran esas crisis profesionales (¿“Profesionales”? ¿No debería uno cobrar un sueldo para ser profesional de algo? Bueno, pongamos que uno es profesional, si no este texto no podría arrancar) y me pongo a dudar, no de los demás si no de uno mismo. Con esto de escribir y hablar de cine me pasa a menudo. ¿Tiene uno un pensamiento propio o solo repite conceptos aprendidos por ahí? Y me asaltan todas estas dudas que aparecen con más fuerza cuando alguien supone que uno “sabe de cine”. Digo de cine como podría decir de música, de pintura, de fútbol… de waterpolo. Mi duda es: ¿qué significa saber de cine? ¿Cuál es la condición que a uno lo eleva a la categoría de conocedor? Seguramente cada uno tendrá una definición diferente al respecto. Y esté equivocado. Siempre pienso que el “saber de cine” no es una cualidad del sujeto señalado, sino más bien una condición adjudicada por el que señala. Para algunos, saber de cine es el conocimiento enciclopédico: tener el dato en la cabeza de quién dirigió tal o cual película, quién la protagonizó. Es un tipo de conocimiento que suele ser bien visto en reuniones familiares y en sobremesas. Aunque tal vez saber de cine tenga que ver con el conocimiento técnico: aquel que, en definitiva, sabe hacer el cine. Lo filma, lo edita, lo fotografía, le hace el sonido, lo actúa. Claro, ahí caemos en la aseveración un poco fascista de que solo podría hablar de cine aquel que lo hace. Es como sucede con el fútbol, que solo podrían hablar de él los que alguna vez patearon una pelota. Y que los demás que se callen. No lo sé. ¿Y si saber de cine es haber pasado por la Academia y tener la capacidad de analizarlo hasta en sus más recónditos pliegues? ¿Y si la transmisión de ese análisis se vuelve puramente técnico, y solo puede ser aprendido por otros con el mismo nivel académico? Tal vez saber de cine tenga que ver con todo esto: con tener el conocimiento enciclopédico, con conocer la herramienta técnica y con tener la pericia del académico para analizarlo. La verdad que no lo sé. Ni tampoco sé si esta pregunta es pertinente o uno debiera hacérsela. A lo mejor esto sucede porque es domingo, está lluvioso y frío, y uno se pone a pensar tonterías. No tengo respuestas… ¿alguien las tiene?