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Recapitulación de Better call Saul: Bad choice road

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

Lo de Better call Saul a esta altura ya es obsceno. La distancia que le saca al resto de la televisión es insuperable (es imposible ver tooooda la televisión, claro, pero estamos al tanto de aquello que tiene mayor repercusión). Lo extraño es que la serie no tenga el nivel de popularidad que se merece. Bueno, tal vez eso sea favorable para que la libertad narrativa y formal sea mayor. Bad choice road, el capítulo de esta semana, fue otra muestra de la impecable conjunción de rubros técnicos y artísticos, y nos prepara para un final de temporada (la semana próxima) que promete ser tremendo: el título es Something unforgivable (ya me estoy angustiando). Bad choice road arranca con pantalla dividida y Something stupid de fondo, en una decisión formal que homenajea lo hecho en el episodio Something stupid de la temporada anterior, cuando Kim y Jimmy estaban a punto de estallar. Ahora, la pantalla dividida nos muestra a Jimmy volviendo del desierto y a Kim esperándolo, angustiada, en la casa. El paralelismo es brutal y lúdico. Y la secuencia culmina con Kim (y nosotros) en llanto recibiendo el llamado de su esposo: notable, otra vez, lo de Rhea Shehorn. Todo lo que sigue es una consecuencia de Bagman, el maravilloso episodio de la semana anterior: Jimmy ha quedado estupefacto ante lo que sucedió (y bastante destruido físicamente), pero tiene que cumplir con la liberación de Lalo. Mike le construye una coartada, que sirve tanto para que Jimmy esconda lo que ocurrió en el desierto a Lalo como a Kim. Bad choice road trabaja esa sobre mentira como una bomba, la ajusta, la camufla y la usa como un elemento clave para una última escena terrible, la más tensa que recuerde haber visto en televisión en mucho tiempo. Claro que el tema son las decisiones, no sólo las de Jimmy, que las conocemos (hay un diálogo magistral con Mike al respecto; y es divertidísimo cómo Jimmy pretende usar esos mismos argumentos con Kim), sino las que toma la propia Kim en este capítulo. Pero, también, la que tomó en Bagman cuando fue a hablar con Lalo en la cárcel. Hay un nuevo carácter impulsivo en la abogada que la convierte en un personaje mucho más rico aún, y que se conecta con aquel flashback donde la vimos de niña: hay un deseo por tomar un camino de propias decisiones que tal vez encuentre su final en el camino trazado por Jimmy. No lo sabemos, pero es algo obvio que tememos por ella. Y la última notable escena de Bad choice road juega con nuestras expectativas al respecto de una manera decididamente maldita. Jimmy y Kim reciben finalmente la visita de Lalo. Lo que sucede ahí es indescriptible, y hay que sumar a Tony Dalton al ranking de grandes actuaciones de Better call Saul. Todo arranca con una discusión entre Jimmy y Kim, y un teléfono que no para de sonar. La tensión, el suspenso, un revólver, una mentira que no puede ser revelada aunque todos saben de qué se está hablando, una historia que se repite varias veces, un golpeteo molesto contra una pecera, y la lógica inmaculada de Kim para salvar las papas. Y la hitchcockneana presencia de Mike en off, como esa bomba que sabemos puede explotar en cualquier momento. Pero no explota. La resolución de todo esto nos deja sentados en el aire y sin respirar. Qué nos espera en el último capítulo, es realmente imprevisible. Uno duda que algún personaje vaya a salir del mapa cuando todavía queda una última temporada, pero con Vince Gilligan y Peter Gould nunca se sabe. Bad choice road fue tan bueno que nos olvidamos de una de las mejores imágenes de la historia de Better call Saul: Héctor Salamanca con bonete, celebrando un cumpleaños en el geriátrico.

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