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Misión de rescate

Título original: Extraction
Origen: EE.UU. 
Dirección: Sam Hargrave
Guión: Joe Russo, basado en su propia novela gráfica
Intérpretes: Chris Hemsworth, Golshifteh Farahani, Rudhraksh Jaiswal, Shivam Vichare, Piyush Khati, Randeep Hooda, Pankaj Tripathi, Chris Jai Alex, Adam Bessa, Wayne Blair, Rayna Campbell, Vonzell Carter, Shataf Figar, David Harbour, Sam Hargrave, Murtaza Kathawala, Neha Mahajan, Patrick Newall, Priyanshu Painyuli, Suraj Rikame, Anup Sharma
Fotografía: Newton Thomas Sigel
Montaje: Ruthie Aslan, Peter B. Ellis
Música: Alex Belcher, Henry Jackman
Duración: 116 minutos
Año: 2020


6 puntos


LAS TRANSICIONES Y SUS INCONVENIENTES

Por Rodrigo Seijas

(@funcinemamdq)

Si fuera solo por sus escenas de acción, Misión de rescate sería una película más que interesante. Pero lo cierto es que el género de acción –como todos los géneros- no se construye solo a partir de sus secuencias de alto impacto, sino también de los personajes y sus conflictos. Esto, que puede parecer bastante obvio, el film con Chris Hemsworth (producción original de Netflix) no lo tiene del todo claro. Y eso atenta contra su potencial, que va quedando diluido con el transcurrir de los minutos.

El planteo del guión de Joe Russo, basado en su propia novela gráfica, no deja de ser simple: Tyler Rake (Hemsworth), un mercenario que opera en el mercado negro, recibe el encargo de rescatar al hijo del narcotraficante que fue secuestrado por su rival, pero cuando la misión se complica y la ciudad queda prácticamente clausurada por las fuerzas criminales y policíacas, Tyler debe procurar no solo una forma de salida para el niño sino también una vía de reconstrucción entre afectiva y moral para sí mismo. Es decir, el típico cuento de redención, donde un tipo sin ideología o propósito encuentra algo de humanidad a partir del encuentro con un alma inocente. Eso a priori no le quita riqueza: este tipo de narraciones siempre tienen jugo para exprimir y sobran los ejemplos, que van desde Los siete samuráis hasta Arma mortal, pasando por La pandilla salvaje.

Donde Misión de rescate claramente se destaca en su trabajo de puesta en escena para la acción, donde se nota mucho el amplio currículum previo del director Sam Hargrave como coordinador de dobles de riesgo en, por ejemplo, buena parte de la filmografía del Universo Cinemático de Marvel. Hay, por caso, un plano secuencia de once minutos que comienza como una persecución automovilística para luego pasar a diversas luchas cuerpo a cuerpo en varios edificios que es realmente magnífico. El film hasta parece regodearse un poco en la violencia, aunque nunca abandona un tono seco y crudo en los tiroteos y peleas cuerpo a cuerpo.

Claro que el film también se ve en la necesidad de explorar un aspecto más dramático en los dilemas morales del protagonista, su sentido del deber y el vínculo afectivo que entabla con el niño. Y ahí es donde tropieza de manera muy patente, porque nunca desarrolla una verdadera complejidad humana en las transiciones, en esos momentos donde la narración se toma un respiro para abordar los lazos entre dúo definitivamente desparejo. Hemsworth hace lo que puede con diálogos extremadamente superficiales y forzados; Rudhraksh Jaiswal no tiene líneas muy lúcidas; David Harbour hace la suya de taquito durante apenas unos minutos; Golshifteh Farahani pone cara de seria todo el tiempo; y el único que se termina luciendo es Randeep Hooda, con un personaje algo más complejo de lo que parece inicialmente.

Película indudablemente física y sustentada en el movimiento, Misión de rescate trastabilla cuando se atreve a detenerse y reflexionar sobre las acciones de su protagonista y el contexto en el que se desempeña. Cuando habla, no tiene nada atractivo para decir, aunque alcance a compensar –con lo justo- cuando avanza hacia la meta acumulando balas y sangre. Lo que se dice un film en el que las palabras son puro relleno.

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