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Historia de un matrimonio

Título original: Marriage Story
Origen: EE.UU.
Dirección: Noah Baumbach
Guión: Noah Baumbach
Intérpretes: Scarlett Johansson, Adam Driver, Laura Dern, Azhy Robertson, Alan Alda, Julie Hagerty, Merritt Wever, Mary Hollis Inboden, Amir Talai, Ray Liotta, Wallace Shawn, Emily Cass McDonnell, Matthew Maher
Fotografía: Robbie Ryan
Montaje: Jennifer Lame
Música: Randy Newman
Duración: 136 minutos
Año: 2019


8 puntos


TU ESPACIO Y EL MÍO

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

El comienzo de Historia de un matrimonio es perfecto. Dos narraciones en off sobre una sucesión de imágenes cotidianas en las que Nicole (Scarlett Johansson) destaca lo bueno de Charlie (Adam Driver), y viceversa. Lo que sigue, por medio de un montaje impecable, es el descubrimiento del origen de esas palabras: una tarea encargada por un terapeuta en pleno proceso de crisis de la pareja. Charlie, el talentoso director teatral, y Nicole, la actriz y musa absoluta, están a punto de separarse, dejando atrás una experiencia de vida que los ha formado tanto como individuos y matrimonio, y que deja como síntesis un pequeño hijo. Lo que hace a partir de ahí el director y guionista Noah Baumbach es pensar a esa pareja, lo que los conforma, no desde su origen sino desde la misma ruptura con su nivel habitual de sensibilidad y su buena dosis de humor extraño.

De Historia de un matrimonio he leído muchas cosas, algunas loas exageradas y unos tantos cuestionamientos de esos que surgen un poco forzados y como respuesta al consenso. Que es como una suerte de revival de Kramer Vs. Kramer o que es una versión más sofisticada de Papá por siempre son algunas de las cosas que se han señalado, tal vez, para minimizarla un poco. Lo que está claro es que la de Baumbach es una película sobre un divorcio y que dentro de cierto esquema de producción hollywoodense, lo que vemos es tal vez lo más cerca de un film honesto al respecto que podamos ver. La película sigue el proceso de divorcio, que incluye una mudanza y un conflicto geográfico: ella se va a Los Angeles con el niño mientras él se queda en Nueva York. Este elemento será clave en el desarrollo, ya que será uno de los argumentos que tomarán los abogados de ambas partes cuando el conflicto ascienda a escalas mayores. Si Nicole y Charlie juran que desean no hacerse daño en la ruptura, es indudable que el autodescubrimiento al que arribarán luego de la separación los llevará a transitar algunos caminos no deseados. Baumbach avanza por esos espacios (y la mención al “espacio” es algo recurrente en el film) de manera literal y metafórica, con cambios de domicilio constantes, nuevas casas, lugares que se vuelve estrategia. Aún con su poética particular y su apuesta por las emociones, Historia de un matrimonio no deja de ser una película sobre lo administrativo que se vuelve todo en un proceso como este: la división de bienes, la división del tiempo con el hijo, la dosificación de los sentimientos, saber en qué momento herir, saber en qué momento conciliar, el tiempo de los abogados medido en dinero (“¿Estoy pagando por este chiste?”, preguntará Charlie cuando su letrado se extienda con una anécdota). Los abogados que interpretan Laura Dern, Alan Alda y Ray Liotta son la clave, verdaderos villanos del relato aunque se mantengan en una lógica coherente e impecable.

Se podrá decir que Historia de un matrimonio es una película que arriesga poco y es hasta un tanto lavada, mucho más si la comparamos con la anterior de Baumbach: The Meyerowitz Stories. Pero también es lógico pensar que el director trabaja sobre la tonalidad que sus propios intérpretes le aporten: Johansson y Driver, ambos excelentes en cada gesto y en cada decisión que parecen tomar en silencio, lejos están del nervio y la neurosis de Ben Stiller y Adam Sandler. Historia de un matrimonio por tanto es una película clara y diáfana en sus intenciones, que desde un comienzo nos invita a pensar qué fue lo que unió a ese matrimonio antes que aquello que lo rompió. Eso no impide la furia ni la angustia, y de eso no hay disimulo ni maquillaje. Claro que por su propia materia, la película es más una sumatoria de grandes momentos antes que un todo. Y ahí sobresale Driver con un momento musical, un karaoke sincericida en el que pone negro sobre blanco sobre el porqué de la vida en pareja más allá de todo lo que sale mal. Tal vez a algunos les moleste que, aún con todo el dolor que trasuntan los personajes, la película sigue pensando en lo bueno de la vida de a dos. Con Historia de un matrimonio, Baumbach deja atrás cierto cinismo generacional y se vuelve un narrador clásico.

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