No estás en la home
Funcinema

Recapitulación de Game of thrones: The bells

Por Rodrigo Seijas

(@funcinemamdq)

ATENCIÓN: SPOILERS

Posiblemente, en The bells estemos ante uno de los capítulos más polémicos de todo el recorrido de Game of thrones. No solo por la decisión de convertir a Daenerys en una especie de Darth Vader en versión femenina, sino también por la forma en que se da vuelco, que lleva a la Madre de los Dragones a arrasar con una ciudad entera, al estilo Nerón con Roma…o Michael Bay con el planeta Tierra.

La justificación que encontró la serie para este giro la da Lord Varys cuando le recuerda a Jon Snow que hay un dicho que reza que cada vez que nace un Targaryen, los dioses tiran una moneda al aire. Lo que claramente quiere mostrar The bells es que el destino, en forma de azar, va poniendo a Daenerys y Jon en lados opuestos de esa moneda donde se cruzan y a la vez se separan el bien y el mal. El propio Varys es el primero en confirmar su hipótesis, cuando es ejecutado por Daenerys, quien lo acusa de traición y usa a su dragón como verdugo. La acusación tiene fundamentos, pero Varys la realiza desde una plena convicción, aun sabiendo que sus chances de fracasar eran altas, y deja flotar una frase, antes de despedirse de su viejo amigo Tyrion: “espero merecerme esto. De verdad. Espero equivocarme”.

Se podría decir que había indicios de esa locura destructiva en Daenerys, si tenemos en cuenta sus numerosos actos previos de violencia. También que Varys en cierta forma ejerce una profecía autocumplida: su acto de traición no hace más que confirmar la paranoia que venía creciendo en Daenerys, potenciando su aislamiento. Pero también debe tenerse en cuenta que la violencia que ejercía la monarca era típicamente reactiva, como defensa frente a otros ataques o a lo sumo revancha. Además, no puede dejarse de lado que hasta esta última temporada, aun con sus contradicciones, era una típica heroína, capaz de conectar con seres que usualmente eran relegados a la servidumbre o la esclavitud. Una reina del pueblo, eso parecía ser Daenerys. ¿Cómo es que se dio ese volantazo hacia la villanía más despiadada?

La serie intentó construir esa desestabilización que sacó afuera los demonios interiores de Daenerys con la revelación de la verdadera identidad de Jon Snow, lo que puso más en primer plano sus deseos de poder y cierta obsesión con la predestinación, pero rara vez lo hizo con la potencia suficiente. Incluso podría decirse que hasta hubo apresuramiento, que nunca llegó a darle un desarrollo pertinente a esa transformación, a tal punto que su vínculo amoroso con Snow fue adquiriendo tintes telenovelescos un tanto torpes. De ahí que, por más que su caída moral podía tener cierta lógica, no llegó a tener el diseño adecuado.

Lo que hay que admitir es que, una vez que queda claro hacia dónde quiere ir, The bells funciona como un espectáculo casi imparable y lindante con la locura de Daenerys. La puesta en escena de Miguel Sapochnik acierta en abandonar el punto de vista de la reina y su dragón atacando la ciudad, para concentrarse en el terreno urbano, en las multitudes huyendo aterradas, con el caos como norma imperante. La sensación de confusión y ahogamiento es casi constante, pero sin descuidar el diseño de un espacio en permanente inestabilidad. A eso hay que sumarle la desazón total de Tyrion y Jon Snow cuando se dan cuenta que todo se descontrola y convierte en una masacre; el memorable combate entre la Montaña y el Sabueso –esos dos hermanos y enemigos mortales-, que adquiere ribetes entre sádicos, absurdos y finalmente épicos; y el cierre entre desolador y romántico para la historia incestuosa de Jaime y Cersei, sucumbiendo unidos bajo las ruinas del palacio.

El plano final de The bells se lo lleva Arya, que no cumple con todos sus deseos de venganza, pero al menos consigue escapar de la destrucción casi total de la ciudad –luego de una secuencia tan larga como perfecta, a partir de su nivel de tensión-, montándose en un caballo que sobrevivió de milagro. Queda latente lo dicho por Varys: definitivamente él no se merecía lo que le pasó. ¿Se merecía Daenerys el destino que le asignó Game of thrones? ¿Tendrá una chance de redención en el último capítulo?

Comentarios

comentarios

Comments are closed.