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Dragged across concrete

Título original: Ídem
Origen: Canadá / EE.UU.
Dirección: S. Craig Zahler 
Guión: S. Craig Zahler 
Intérpretes: Mel Gibson, Vince Vaughn, Laurie Holden, Liannet Borrego, Michael Jai White, Justine Warrington, Jennifer Carpenter, Don Johnson, Thomas Kretschmann, Udo Kier, Tory Kittles, Matthew MacCaull, Jordyn Ashley Olson, Clare Filipow, Tattiawna Jones, Fred Melamed
Fotografía: Benji Bakshi 
Montaje: Greg D´Auria 
Música: Jeff Herriott, The O´Jays, S. Craig Zahler
Duración: 159 minutos
Año: 2018


8 puntos


CUANDO LA MALDITA POLICÍA ES LO QUE NOS QUEDA

Por Henry Drae

(@henrydrae)

Al terminar de ver Dragged across concrete, me dio la sensación de estar cerrando una trilogía. No porque las dos películas anteriores del director se conectaran con esta de manera argumental, sino porque definitivamente son algo único en su modo narrativo. Les hablo, además de esta, de Bone tomahawk y Brawl in Cell Block 99, las otras dos piezas cinematográficas escritas y dirigidas por S. Craig Zahler.

Si bien solo Dragged… y Brawl… comparten casi todo el elenco de actores, el weird western protagonizado por Kurt Russell tiene esa misma característica que la hace parte del combo, a saber: una extensión que va más allá de las 2 horas, un ritmo narrativo lento y clásico pero atrapante desde lo visual e interpretativo, y un giro argumental sumamente inesperado que nos hace cortar clavos hasta el final, sabiendo que no habrá vuelta atrás.

Dragged across concrete cuenta la historia de dos policías, Ridgeman y Lurasetti (Mel Gibson y Vince Vaughn) que acaban de ser suspendidos por abuso de fuerza en un arresto. A partir de ese suceso, tienen la oportunidad de hacerse con un dinero proveniente del delito, algo que nunca antes habían hecho y que, por supuesto, les traerá muchísimas consecuencias. De arranque se puede intuir que esa pareja será casi el eje de una buddy movie, pero no de la manera más convencional. Lo curioso es que la química entre ambos no es algo que se dé espontáneamente, sino que se va construyendo y consolidando con cada pequeño diálogo o gesto. Zahler es un gran director de actores y tiene una paciencia inusitada para extraer expresiones en planos largos y un tanto repetitivos, aunque no agobiantes. También es meritorio que siendo tan lineal el relato la atención no solo se mantenga sino que crezca escena tras escena. La fórmula es tan interesante, que puede atrapar tanto al espectador impaciente de hoy como a quien disfruta del cine más pausado y personal.

Asimismo, los personajes no son tan complejos ni intrincados y tienen objetivos simples, pero logran empatía a partir de un par de diálogos que brindan una mirada sobre los cambios sociales en la actualidad y cómo son tomados por quienes se encuentran con dificultades para adaptarse. Una generación separa a los policías interpretados por Gibson y Vaughn, pero el sentimiento de lealtad es mucho más profundo incluso que lo que pretenden para sus propias vidas.

Como curiosidad también aparece quien pudiera ser el verdadero protagonista de la historia, en cuanto a la relevancia de sus acciones, y casi un émulo del pistolero sin nombre de Leone. Henry Johns (Tory Kittles) queda como el real aprovechador de una situación de enfrentamiento que se diera en clásicos como Yojimbo o Por un puñado de dólares, aunque aquí esa situación tampoco dure tanto y dé paso a una resolución más original. Pero no deja de ser curioso cómo Dragged across concrete puede ser tomada como una suerte de reversión de los films mencionados, narrada desde otro punto de vista. Y el clímax no está exento de sorpresas, algo que, para quedarme otra vez en la idea de una trilogía, es recurrente en toda la filmografía del realizador.

El cine de autor no tiene por qué ser pretencioso ni rupturista para convertirse en algo genial. De hecho, quizás por eso mismo la obra de Zahler sea más popular en el boca a boca que en el aparato publicitario que parece no saber ni querer vendernos a este creativo, al que definitivamente hay que agradecer, como si fuese una reencarnación aggiornada del gran Sam Peckinpah. Dragged across concrete no pasó por los cines, pero merece ser defendida por sobre muchas otras que adornan carteleras sin merecerlo.

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