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Recapitulación de Better call Saul: Something beautiful

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

Atención: se cuentan detalles del capítulo.

Impensadamente, parte del peso emocional de esta cuarta temporada de Better call Saul está balanceándose sobre la espalda de Kim: si en el segundo episodio se lanzó contra Howard, esta vez lo suyo fue más implosivo. Primero, viendo cómo el trabajo al que le dedicó meses y esfuerzo estuvo destinado a una empresa que ha decidido expandirse salvajemente; luego, observando el desdén con el que Jimmy lee la última -y sorpresivamente amable- carta que su hermano Chuck le escribió antes de morir. El trabajo de Rhea Seehorn es increíble, atravesando todo el arco dramático de su personaje sin un gesto de más. Evidentemente su presencia en la serie comienza a tomar fuerza, aunque temamos por su futuro: todos recordamos que en Breaking bad ni señas hubo de ella.

Something beautiful, el tercer capítulo de la cuarta temporada, es lo que se podría llamar de transición, aunque estuvo quebrado por varios momentos de tensión, algunos con ese humor raro tan típico de Vince Gilligan y Peter Gould, y por cada vez más precisos guiños y datos de cercanía al universo de Breaking bad. El más evidente fue la aparición de David Costabile como Gale Boetticher, el primer y sofisticado científico que trabajó bajo las órdenes de Gus Fring, creador de la más notable metanfetamina. El otro, y más evidente para el freak fanático, fue el de la incursión de Franc Ross como Ira, uno de los dueños de la empresa de fumigación en la que trabajaban Walter White y Jesse Pinkman. De hecho, Ira fue parte del momento humorístico del capítulo, cuando se metió a hurtadillas para robar una estatuilla a pedido de Jimmy.

Pero donde Something beautiful generó el nexo mayor con la serie madre, fue en todo el prólogo, una larga secuencia plagada de planos cortos y montaje veloz, largos silencios y paisajes desérticos, esos donde los carteles de droga juegan sus partidas violentas. Son esos momentos donde el sofisticado engranaje formal de Gilligan y Gould se pone en movimiento y deja en claro que no hay una serie igual en el universo televisivo actual. Esos pasajes que nos llevan del desconcierto de sus imágenes inconexas a lo concreto cuando todo el rompecabezas se termina de armar y organizar ante nuestros ojos. Aún sin ser el mejor capítulo, Better call Saul demuestra que la vara está muy alta. Y que Jimmy, con sus tretas y trampas, se acerca cada vez más a Saul.

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