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Recapitulación de The walking dead: Worth

Por Rodrigo Seijas

(@funcinemamdq)

ATENCIÓN: SPOILERS

Negan siempre fue un villano atractivo y es una de las principales razones por las cuales The walking dead sigue manteniendo dosis de interés, aún en sus peores momentos. En Worth eso queda nuevamente demostrado: los mejores momentos se sostienen en las acciones e intrigas, la presencia y la ausencia del líder de los Salvadores.

Worth podrá arrancar con Rick leyendo la carta que le dejó Carl –que continúa siendo, desde su fallecimiento, el eje moral de esta segunda mitad de temporada- y con Michonne tomando la que el joven dejó para Negan, pero es apenas un prólogo para lo más relevante, que son las luchas intestinas entre los Salvadores. Y allí es donde hay que resaltar la habilidad del titiritero que es Negan para manejar los hilos y manipular a todos a su antojo, mostrando ser un hábil titiritero.

El primero en caer es Simon, que ya tenía totalmente asumido el ser el nuevo líder de los Salvadores –incluso se permite humillar al eterno humillado que es Gregory-, pero se ve descolocado cuando reaparece Negan en escena y debe pedirle perdón de rodillas. Sin embargo, luego retoma sus ambiciones de liderazgo, esta vez con una conspiración en toda regla junto a otros resentidos más, aunque claro, no contaba con que Negan ya había anticipado su movida, tendiéndole una trampa con la ayuda de Dwight. La maniobra también le sirve a Negan para deshacerse de otros traidores, aunque en el medio corra riesgos: el aceptar una pelea con Simon frente a todos sus subordinados implica exponerse al riesgo de perder, pero en el fondo se sabe ganador y es consciente de que le va a servir para consolidar su jefatura.

Pero Simon (con su efímera rebelión) no es el único en caer: también le toca a Dwight, que ha venido durante un largo tiempo jugando para ambos y que ahora usa a Gregory para mandarle al grupo de Rick los planes de Negan. Claro que esos planes resultan ser falsos, porque Negan ya contaba con la información de Laura, quien le había advertido que Dwight era efectivamente un traidor. Todas las piezas se le acomodan a Negan, quien hasta puede permitirse usar a Dwight para mandarle datos falsos a Rick y montar una trampa que se verá cómo funciona en el capítulo final de la temporada. Algunos elementos de la trama podrán parecer forzados y hasta previsibles, pero ahí está el brutal carisma de Negan (y el de Jeffrey Dean Morgan en la interpretación) para sacar adelante la narración.

Donde Worth se empantana es con las subtramas protagonizadas por Aaron, quien luego de quedar casi al borde de la muerte parece tener chances de conseguir nuevas aliadas; y Rosita junto a Daryl, quienes toman inicialmente como prisionero a Eugene, aunque luego se les termine escapando. En el primer caso, la única funcionalidad parece venir por el posible vuelco que pueda llegar a haber en la batalla final que vendrá en el cierre de la temporada. En el segundo, para terminar de alejar a Eugene de toda posible redención, porque su vínculo con sus antiguos compañeros ha quedado definitivamente roto y ya es un miembro activo, productivo y hasta militante de los Salvadores.

Por suerte, Worth termina de la manera apropiada, y es Negan, esta vez dialogando a través de su intercomunicador con Michonne, quien le lee la carta que le dejó Carl, en la que le pide que haga las paces con Rick y los suyos. Pero para Negan ya no hay vuelta atrás y la única salida que ve es la que proponía Simon: el exterminio de los pocos adversarios que quedan en Hilltop. Su acto de romper el comunicador es tan simbólico como literal: Negan esta vez va a ir fondo, sin misericordia. El final de temporada será a todo o nada.

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