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Just getting started

Título original: Idem
Origen: EE.UU.
Dirección: Ron Shelton
Guión: Ron Shelton 
Intérpretes: Morgan Freeman, Tommy Lee Jones, Rene Russo, Joe Pantoliano, Jane Seymour, Glenne Headly, Sheryl Lee Ralph, Elizabeth Ashley, Alma Sisneros, Johnny Mathis, Graham Beckel, George Wallace, Nick Peine, Mel Raido, Kristen DeVore Rakes
Fotografía: Barry Peterson 
Montaje: Paul Seydor
Música: Alex Wurman
Duración: 91 minutos
Año: 2017


5 puntos


CON OLOR A NAFTALINA

Por Rodrigo Seijas

(@funcinemamdq)

Desde su debut con La bella y el campeón, allá por finales de los ochenta, Ron Shelton fue siempre un representante bastante coherente de una segunda línea de Hollywood, compuesta por relatos pequeños, apegados a estructuras genéricas clásicas y donde los conflictos están fuertemente asociados a las pasiones o profesiones de las personas. De hecho, la competencia es un factor decisivo en su cine e interviene no solo en sus films deportivos (como Los blancos no la saben meter o Juegos de pasión), sino también incluso de manera más indirecta y retorcida en un drama como El escándalo Blaze, un policial como Dark blue o una de acción como Hollywood: Departamento de Homicidios.

El estilo de Shelton, para nada espectacular, casi invisible, sumado a unos cuantos fracasos en la taquilla, lo fue llevando a un territorio prácticamente marginal. Por eso, su retorno tras cámaras, luego de un impase de casi quince años, generaba cierta expectativa, a partir de lo que podía aportar con su mirada donde conviven elementos de los ochenta y noventa. Más aún por el hecho de que lo hacía dirigiendo a un elenco integrado por nombres atractivos, como Morgan Freeman, Tommy Lee Jones, Rene Russo y Joe Pantoliano, entre otros. Lamentablemente, Just getting started muestra a un realizador definitivamente envejecido y con poco para decir, por lo que termina decepcionando.

Prácticamente desde su planteo, Just getting started parece una declaración de principios por parte del realizador. El relato transcurre en el resort de lujo Palm Springs Villa Capri, donde reside gente ya retirada y ahora dedicada a pasarla lo mejor posible. Allí Duke (Freeman) no solo es el manager encargado de que todo funcione apropiadamente, sino también el rey, porque maneja todo de manera casi feudal: se queda con todas las mujeres, tiene su pandilla de amigos que le festejan todo y siempre es el alma de la fiesta. Todo marcha muy bien para él hasta que llega al lugar Leo (Jones), un ex militar caballeroso al extremo y capaz de competirle en todos los terrenos a Duke, lo que incluye el afecto de la recién arribada Suzie (Russo). En el medio del enfrentamiento que se desata entre ambos, todo se complica aún más cuando el pasado de Duke viene a pasarle factura, con lo que los dos machos deberán unirse a regañadientes.

En cierto modo, Shelton repite esquemas de La bella y el campeón (el duelo casi infantil entre machos), Juegos de pasión (la mujer convertida en eje de un enfrentamiento que incluye aspectos deportivos), Los blancos no la saben meter y Hollywood: Departamento de Homicidios (la unión forzada pero finalmente armoniosa de los protagonistas), pero en clave geriátrica. Eso de por sí no está mal y en un punto se agradece que el realizador muestre como perfectamente válido y hasta natural que gente con bastante más de sesenta años seduzca, tenga sexo y se enfieste sin problemas. Eso es definitivamente lo más interesante de Just getting started: su posicionamiento, que la aleja de cierta corrección política que termina siendo esencialmente conservadora.

El problema es que un film no se trata solo de ideas, sino también de cómo se aplican en los hechos, y lo cierto es que Shelton nunca encuentra el tono apropiado para trabajar la comedia o la trama policial, dependiendo en extremo de los carismas de Freeman, Jones y Russo. Incluso da la impresión de que el guión se escribió sobre la marcha y que se descansó mucho sobre la improvisación, que no dio los resultados requeridos. Es por eso que no hay ningún personaje de reparto –que suelen ser fundamentales en las comedias- que sea mínimamente atractivo. Just getting started avanza a los tropezones, sin un rumbo claro y hasta con un tono que confunde la soltura con el desgano.

En Just getting started hay buenas intenciones, que van de la mano con la voluntad de retomar una estética perteneciente a un cuarto de siglo atrás y ponerla a dialogar con el cine contemporáneo. Sin embargo, el resultado es un film avejentado, sin vitalidad ni energía, y previsible hasta el aburrimiento, que deja demasiado en evidencia el estancamiento de su realizador.

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