Título original: Idem
Origen: EE.UU. / Reino Unido / China
Dirección: Ang Lee
Guión: Jean-Christophe Castelli, basado en la novela de Ben Fountain
Intérpretes: Joe Alwyn, Garrett Hedlund, Arturo Castro, Mason Lee, Astro, Beau Knapp, Ismael Cruz Cordova, Barney Harris, Vin Diesel, Steve Martin, Chris Tucker, Kristen Stewart, Makenzie Leigh, Ben Platt, Bruce McKinnon, Deirdre Lovejoy, Laura Lundy, Allen Daniel, Randy Gonzalez, Tim Blake Nelson
Fotografía: John Toll
Montaje: Tim Squyres
Música: Jeff Danna, Mychael Danna
Duración: 113 minutos
Año: 2016
5 puntos
ANG LEE CHOCANDO CON LA GUERRA DE IRAK
Por Rodrigo Seijas
Si hay algo que se le puede reconocer a Ang Lee es que se ha hecho un lugar en Hollywood que le ha permitido tomar riesgos y abordar proyectos que no entran en clasificaciones obvias. Pero lo cierto es que esos riesgos que toma lo han llevado a desarrollar una carrera un tanto despareja, con unos cuantos desniveles. Billy Lynn´s long halftime walk (que fue un completo fracaso, especialmente en Estados Unidos) es un ejemplo de cómo el realizador suele tirarse a la pileta. El problema es que aquí no hay agua.
La película, basada en la novela de Ben Fountain, se centra en Billy (el debutante Joe Alwyn), un joven soldado de 19 años que es traído de Irak junto al resto de su pelotón para un tour de victoria luego de un particular episodio en una batalla que los hizo famosos. El foco central se da sobre un concierto en el entretiempo de un partido de fútbol americano, que incluye un desfile de los soldados, contrastando ese presente con flashbacks puntuales de la vida de Billy, siempre privilegiando su perspectiva. Sobre Billy Lynn´s long halftime walk se desató toda una polémica a partir de las características del proyecto, que fue rodado en 3D, con una resolución de 4K y a 120 fotogramas por segundo, casi cinco veces más que la velocidad estándar. La intención de Lee era buscar un mayor realismo en la imagen y, a pesar de cierta desestabilización lógica que provoca en el espectador, el objetivo inicialmente está cumplido. Pero el problema no pasa por ahí, por más que haya unos cuantos pasajes que nos hacen sentir que estamos ante una sobredosis de realidad.
La gran dificultad que afronta Billy Lynn´s long halftime walk es que Lee podrá llevar hasta el extremo sus ansias de realismo visual y de exposición del artificio, pero en muy pocos pasajes logra el realismo más importante y necesario, vinculado a la composición de los personajes. Para un drama que intenta reflexionar sobre las miradas respecto a la guerra; el imaginario estadounidense respecto a las cuestiones bélicas y la institución militar; el espíritu de grupo; los dilemas morales a la hora de disparar un arma o matar a otro ser humano; los lazos familiares, de amistad o amor; la emotividad y empatía que necesitan generar el protagonista y los personajes que lo rodean no llegan a surgir de la forma apropiada. De hecho, lo que se impone es un distanciamiento que es tan fuerte que hasta parece deliberado, como si Lee no quisiera involucrarse por completo en los diálogos y situaciones, y su meta de fondo fuera exponer los cruces y choques respecto a una guerra que se ha convertido en una trampa para Estados Unidos: podrá ser muy impopular, pero define su posicionamiento frente al mundo.
Lee busca exponer a Billy como alguien conflictuado, que solo puede aferrarse a unas pocas certezas, que no tiene claro totalmente qué es lo que quiere para su futuro y que en base a eso encuentra a la guerra como el único camino claro y definido. Pero esa exposición es poco clara, difusa y finalmente esquemática, porque el film podrá trabajar los conflictos internos de su protagonista, pero en muchas escenas apela a bajadas de línea que quitan toda incertidumbre en pos de remarcar que ese muchacho tan indeciso como idealista es una metáfora de un país en busca de una identidad palpable.
En Billy Lynn´s long halftime walk Lee pretende ser ambiguo y decir unas cuantas cosas nuevas sobre la guerra, la amistad, el amor, la hermandad, la muerte y la pérdida, con sus respectivas representaciones y discursos espectaculares, en una suerte de meta-película sobre el conflicto de Irak y la mirada estadounidense. Algo así como un film que cierre de una vez por todas las discusiones socio-artísticas, o que las deje abiertas para siempre. Pero lo único que deja es una película un tanto vacua, distante, donde el realismo jamás se da la mano con la narración.