Por Rodrigo Seijas
ATENCIÓN: SPOILERS
Si en The big scary U surgía una voluntad de darle una mayor centralidad y desarrollo al bando de los Salvadores pero la apuesta salía bastante redonda, en The King, the Widow and Rick queda muy explícita, desde el título mismo, la necesidad de volver a darles espacio a varios personajes de The walking dead que habían quedado relegados. Pero los resultados son cuando menos desparejos en un episodio que abre quizás demasiadas subtramas.
Da para pensar si era tan necesario que Rick volviera a solicitar la ayuda de los Basureros, arriesgando incluso su propia existencia en el intento y más aún teniendo como antecedente la traición a favor de Negan. Y aunque es cierto que ese reencuentro no deja de estar cargado de tensión, también lo es que los Basureros no han llegado a ser, al menos todavía, personajes atractivos: sus frases impostadas y altisonantes los hacen parecer personajes irreales.
Pero en un punto la reaparición de los Basureros guarda coherencia con la moralina que atraviesa a The King, the Widow and Rick. Todos los personajes están marcados por conflictos seudo-morales un tanto repetitivos y previsibles: Carl tratando de construir su propia identidad yendo en contra de las órdenes de su padre y mostrándose solidario con un sobreviviente llamado Siddiq, hasta el punto de arriesgar su propia vida; Maggie teniendo que probar su liderazgo al elegir entre los posicionamientos de Jesus y Gregory respecto a los Salvadores prisioneros; el Rey Ezequiel abrumado por la culpa e incapaz de retomar su rol como líder; Michonne y Rosita buscando dejar su rol pasivo y entrar nuevamente en acción.
Y aunque se puedan rescatar algunos diálogos cargados de drama y búsqueda de propósito entre Carl y Siddiq; la desolación de Ezequiel, ese rey desnudo, en su conversación con Carol; o la nueva muestra de patetismo de Gregory al ser puesto prisionero junto con los Salvadores; lo mejor no pasa por las estructuras discursivas sino por la acción. Por eso lo mejor es la secuencia donde Rosita y Michonne se enfrentan con dos Salvadores que estaban trabajando con vista a rescatar a su gente del Santuario. Esa escena, que culmina con un choque donde intervienen súbitamente Daryl y Tara, tiene una tensión y dinamismo que no aparece en el resto del capítulo.
Episodio indudablemente de transición, The King, the Widow and Rick deja, eso sí, unas cuantas líneas argumentales abiertas: habrá que ver cómo Maggie lidia con los Salvadores prisioneros, sabiendo además que no puede dejarlos vivos para siempre; de qué forma prosigue el vínculo entre Carl y Siddiq; si Ezequiel consigue finalmente sobreponerse a las múltiples pérdidas que sufrió; cuál es el plan para el Santuario que tienen Rosita, Michonne, Tara y Daryl; y claro, qué pasará finalmente con un Rick ahora prisionero de los Basureros, ahora que fueron forzadamente reintroducidos al conflicto central. The walking dead vuelve, mientras tanto, a mostrar dificultades para balancear los destinos y decisiones de su gran cantidad de personajes.