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Funcinema

Paterson

Título original: Idem
Origen: EE.UU. / Francia / Alemania
Dirección: Jim Jarmusch
Guión: Jim Jarmusch, basado en los poemas de William Carlos Williams y Ron Padgett
Intérpretes: Adam Driver, Golshifteh Farahani, Nellie, Rizwan Manji, Dominic Liriano, Jaden Michael, Barry Shabaka Henley, Trev Parham, Troy T. Parham, Brian McCarthy, Frank Harts, Luis Da Silva Jr.
Fotografía: Frederick Elmes
Montaje: Frederick Elmes
Música: Jim Jarmusch, Carter Logan, Sqürl
Duración: 118 minutos
Año: 2016


8 puntos


MÁS ALLÁ DE LA RUTINA

Por Guillermo Colantonio

(@guillermocola)

Paterson es el nombre del protagonista, un chofer de colectivos que vive con su novia y un perro muy particular, y también del pueblo que habitan, exponente de la América profunda en New Jersey. Su vida transcurre entre la rutina laboral, hogareña y los intersticios que le sirven para anotar poemas en su libreta de apuntes. Con estos escasos elementos el director construye una historia cuyo tono homenajea a una tierra de escritores inspirados. Cuando las imágenes muestran la monotonía de la ciudad se ve que no puede haber otra cosa que enfrentarla con literatura y con esas imperdibles conversaciones que los personajes mantienen en un espíritu de camaradería que no da lugar a la clásica mirada de buenos y de malos. Si hay algo que poseen las criaturas de Jarmusch es humanidad, nobleza y sensibilidad. De allí que el ritmo de la película siga una especie de cadencia poética y conserve una sobriedad que no da lugar a exabruptos emocionales. Todo aparece en su justa medida. Paterson trabaja y desea que las horas pasen para poder escribir y estar con su novia, anclada en pequeños sueños de grandeza gastronómicos y musicales. Es un sujeto perceptivo, capaz de asombrarse por las constantes duplicidades que la realidad del lugar le ofrece (nótese la galería de personajes idénticos, una influencia acaso de la fotógrafa Diane Arbus) y de crear sus versos mientras maneja. Al mismo tiempo, cada aporte sonoro de los pasajeros en el colectivo favorecerá su propio universo de interpretación. Por otro lado, la lógica minimalista de la repetición de los días y de los actos siempre agrega casi imperceptiblemente signos que se suman para dar paso a variaciones dentro de una misma melodía narrativa. Pero hay algo más: la visibilidad del mundo del trabajo y la posibilidad de conectarlo con la poesía, una visión que muchos cineastas del presente serían incapaces de relacionar con sus jóvenes insatisfechos y conflictuados del Siglo XX.

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