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MAR DEL PLATA 2017: Competencia Internacional – Día 4


Thelma, de Joachim Trier / 8 puntos


El hecho de que el título de esta película sea sólo el nombre de la protagonista, nos ayuda a llegar a la certeza de que es nada más y nada menos que la reescritura de Carrie (el libro de Stephen King, pero también la película de Brian De Palma) en clave nórdica moderna, lo cual no es poco. Están allí todos los elementos constituyentes de Carrie: el doble despertar, el sexual y el de las habilidades paranormales, y la familia religiosa que espera poder reprimir ambos, porque es peligroso y porque es pecado. La gran diferencia con Carrie, y el gran triunfo de Thelma, es su estética, el tono de las actuaciones y la puesta en escena. Planos abiertos que de a poco se cierran en habitaciones minimalistas donde sólo nos quedan las sensaciones de los protagonistas, el juego de luces y sombras, la música presente que no subraya pero que nos envuelve en los momentos necesarios. Thelma es el triunfo de los climas y de la sutileza, recuerda por momentos a la hermosa Criatura de la noche (2008) de Tomas Alfredson, aunque digamos que Trier tampoco le huye al terror un poco más explícito cuando es necesario. Matías Gelpi


Wajib, de Annemarie Jacir / 7 puntos


Seguramente este film de Jacir no impacte fuertemente dentro de la Competencia Internacional de Mar del Plata. Sabemos, los festivales no son muy afectos a premiar comedias. Y no es que la película palestina no aborde tensiones vinculadas con elementos culturales, políticos o sociales con seriedad (las comedias son algo serio, qué novedad), pero lo hace desde una ligereza que se agradece en el contexto de tragedias y dramas comprometidos y recargados que se ven habitualmente. Aquí un padre y un hijo (Mohammad y Saleh Bakri, padre e hijo en la vida real) salen a repartir las invitaciones del casamiento de la hermana. Una de las particularidades es que el hijo hace un tiempo que vive en Italia y está de novio con la hija de un palestino de la OLP expatriado desde hace años. La película es una suerte de road movie urbana, con ambos personajes visitando parientes, amigos y conocidos, porque el padre quiere invitar a media Nazaret. Y esos dos personajes, en ese auto, en esa ciudad, comenzarán a tener los chispazos obvios que van desnudando las diferencias generacionales que los enfrentan, entre mandatos culturales a respetar o subvertir. Wajib no se aparta de lo reconocible, pero hay en sus diálogos y en las situaciones que se plantean (que son infinitas) mucha inteligencia para siempre rizar el rizo de su premisa. Incluso, al final esquiva recursos dramáticos que hubieran puesto a la película en un lugar más efectista. Una verdadera sorpresa, una película amble y simpática que invita a reírse como noción principal. Mex Faliero

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