Título original: Baywatch
Origen: EE.UU.
Dirección: Seth Gordon
Guión: Damian Shannon, Mark Swift, basados en la serie creada por Michael Berk, Douglas Schwartz, Gregory J. Bonann
Intérpretes: Dwayne Johnson, Zac Efron, Priyanka Chopra, Alexandra Daddario, Kelly Rohrbach, Ilfenesh Hadera, Jon Bass, Yahya Abdul-Mateen II, Hannibal Buress, Rob Huebel, Amin Joseph, Jack Kesy
Fotografía: Eric Steelberg
Montaje: Peter S. Elliot
Música: Christopher Lennertz
Duración: 116 minutos
Año: 2017
3 puntos
HUNDIENDO CLASICOS
Por María Putrueli
Aunque nadie esperaba que lo fuera, la versión para cine de la serie ochentosa-noventosa Baywatch podría haber sido un digno producto de entretenimiento puro, no sólo para los fanáticos y nostálgicos de las paradísicas playas sino también para toda una nueva generación que no creció viendo cómo los guardianes de la bahía personificados por David Hasselhoff y Pamela Anderson resolvían casos policiales y llenaban de cuerpos esculturales la pantalla chica.
Lamentablemente, los aciertos que la película logra en la primera mitad caen por la borda cuando se corren del género de la comedia burda y escatológica, que si se la sabe leer y aceptar en sus códigos no tiene por qué bastardearse. Una vez que la trama toma forma de policial, y se viste con una seriedad que nada tiene que ver ni con sus orígenes ni con su finalidad, todo se vuelve monótono, absurdo e incansablemente agotador.
La pareja protagónica compuesta por Mitch Buchannon (Dwayne Johnson) y Matt Brody (Zac Efron) logra una química muy buena, y si no fuera por el recurso de un chiste que se repite hasta el cansancio, resultaría mucho más efectiva. Johnson compone al líder de los guardavidas, una especie de dueño tácito de la playa que vigila y Efron a un campeón de natación soberbio y egocéntrico que tiene problemas para trabajar en equipo.
Con la excusa de renovar el equipo de guardianes de la bahía, Brody tendrá que realizar las pruebas como los demás aspirantes, entre ellos el personaje de Ronnie (Jon Bass), quien funciona como el eslabón cómico de todo este ensamble de corridas en cámara lenta, cuerpos femeninos y masculinos con la mínima ropa indispensable y una trama policial muy floja con algunos efectos especiales y sin nada de sustento argumental.
Los roles femeninos quedan relegados en una trama donde perfectamente podrían brillar por su ausencia -nadie lo notaría… bueno, la platea masculina tal vez sí-, pero es tan paupérrimo el estereotipo que conforman todos los personajes, desde los protagonistas hasta los pobres secundarios, que parecen peones en un tablero de ajedrez donde nunca se hace la jugada correcta.
Corren la misma suerte los cameos que realizan los ya nombrados Hasselhoff y Anderson, insertados en la película sin ningún tipo de coherencia, más como un “tenemos que ponerlos en algún momento del film”, algo que las estrellas de la recordada serie no merecían.
En resumen, Baywatch encuentra sus aciertos cuando sabe reírse de sí misma, cuando no pretende más que el mero hecho de entretener, de saberse una especie de homenaje en clave de comedia a una serie icónica de décadas pasadas. Al abandonar ese estilo y nunca poder encontrar ni mantener el tono, fracasa estrepitosamente y se vuelve otra muestra más de lo innecesario que puede resultar a veces intentar reflotar un clásico.