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Esas cosas que se dicen y son tan extrañas


Muy Buena


LO QUE ESPERAMOS DEL AMOR

Por Rodrigo Seijas

(@funcinemamdq)

No deja de ser llamativo que, siendo en apariencia una obra con un planteo pequeño y una puesta reducida, Esas cosas que se dicen y son tan extrañas termine siendo una obra mucho más compleja de lo que se podría pensar inicialmente, a partir de disponer una multiplicidad de elementos y variables de análisis.

La obra escrita y dirigida por Macarena Trigo solo tiene dos personajes: ella (Jimena López) es una poeta; él (Fernando del Gener) es un actor. Ella se inscribe en un particular concurso de cartas de amor y termina ganando un viaje al Calafate para dos, y por supuesto lo invita. Ese viaje es un enigma para ambos y una excusa para el texto, dedicado a explorar el vínculo entre ellos. Un vínculo donde están claros el lazo creativo y el amor que se tiene, pero no mucho más. Cada uno tiene sus respectivas expectativas respecto a sí mismo y el otro, y la habitación del hotel funciona como escenario para ir desplegando esas perspectivas, en una estructura narrativa que va de menor a mayor.

Esas cosas que se dicen y son tan extrañas va de menor a mayor casi por lógica, a medida que van cobrando mayor sentido los diálogos, los monólogos de cara al público, las canciones y hasta los silencios. De hecho, la obra constituye toda una reflexión –un poco melancólica, pero también juguetona y hasta irónica- sobre la comunicación, sobre cómo determinadas palabras o frases poseen distintos significados e interpretaciones, así como muchas veces nos guardamos unas cuantas cosas respecto a lo que nos sucede con el otro. Y esa reflexión se potencia a partir de contraponer lo masculino y lo femenino, aunque esa oposición puede engañarse: con lucidez, el texto de Trigo deja claro que la mujer y el hombre comparten muchas –quizás demasiadas- características, que los malentendidos pero también los entendimientos entre géneros se dan en gran medida a partir de los puntos de contacto.

Pero además, Esas cosas que se dicen y son tan extrañas se permite deconstruir con inteligencia cierta estructura sentimental muy propia de los artistas. Que ella sea poeta y él actor, y que las canciones tengan un peso decisivo en unos cuantos pasajes –especialmente hacia el final- no es casual. Todo suele ser un tanto hiperbólico en el mundo del arte –las palabras, los gestos, la escritura, lo creativo, lo que se canta, los afectos, las reflexiones, los deseos, las decepciones- y ese marco sustenta con mayor solidez el verosímil de la obra, que busca permanente la interpelación al espectador.

Con una serie de movimientos calibrados específicamente, Esas cosas que se dicen y son tan extrañas abre su espacio y hasta diseña una temporalidad donde se percibe cabalmente la estructura de viaje, de camino recorrido entre dos. No habrá respuestas definitivas en un último gesto lúcido por parte de la obra: al fin y al cabo, el otro, la persona que nos atrae, que queremos, con la que deseamos compartir ciertos espacios, nunca deja de ser un enigma. Quizás eso es lo que nos atrae del otro: lo que no sabemos, esa pregunta a la que intentamos responder con un poema, una canción, algo que salga de nosotros mismos.


Dramaturgia: Macarena Trigo Actúan: Fernando Del Gener, Jimena López Diseño de luces: Lucas García Música original: Fernando Del Gener Diseño gráfico: Francisco Castro Pizzo Asistencia de dirección: Delfina Oyuela Producción: Espacio 33 Colaboración artística: Soledad Peralta Dirección: Macarena Trigo Duración: 45 minutos Sala: Espacio 33 (Treinta y tres orientales 1119, CABA) – Jueves a las 20:30. Hasta el 27 de abril.

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