Por Rodrigo Seijas
ATENCION: SPOILERS
De a poco, la sexta temporada de Game of thrones va arrancando, aunque todavía no ha cobrado el ritmo propio de los capítulos decisivos. Y sin embargo, en Home suceden unos cuantos eventos importantes, que van cambiando el mapa de poderes y figuras en pugna. El problema sigue pasando esencialmente por la dispersión de tramas y subtramas, que de manera casi inevitable afectan la narración.
Lo cual no quita que Home haya estado salpicado de momentos interesantes, como el tenso diálogo entre Jaime Lannister y el Gorrión Supremo (al que Jonathan Pryce interpreta con una soltura estupenda), donde lo político se mezcla con lo religioso; la reconciliación entre el rey Tommen y su madre Cersei Lannister, quien es, primero que nada, una madre; Arya empezando lentamente su camino a convertirse simplemente en una chica cualquiera, en nadie, en alguien sin identidad; o Bran Stark observando espiritualmente el pasado de su familia, antes que casi todos…bueno, fueran asesinados a mansalva.
Ha sido también un capítulo de recambios, de mandatarios que son relevados al estilo Game of thrones: por el homicidio. El primero en caer es Roose Bolton, quien –obvio- es apuñalado hasta la muerte por su hijo Ramsay, quien sigue probando que es un sádico de campeonato y consolida su posición mandando a sus perros a que asesinen a su madrastra y su medio hermano recién nacido. Un tipo bárbaro Ramsay; definitivamente todos los espectadores ya lo queremos como mínimo muerto. El otro que cae (literalmente) hacia el abismo es Balon Greyjoy, arrojado por su hermano Euron, quien aparece de la nada y no precisamente con las mejores intenciones. ¿Qué podrá hacer su hija Yara? No mucho, según parece, porque el universo de Game of thrones, en lo que se refiere a mandatos y reinados, puede ser un poco machista.
Lo mejor, definitivamente, pasó por las pequeñas instancias de humor, que siempre en la serie ha tenido elementos de violencia, temor y oscuridad. Ahí tenemos a La Montaña ejerciendo justicia por mano propia y destrozando la cabeza de un tipo que se atreve a burlarse de Cersei; y el gigante que en Castillo Negro estampa a un soldado que comete la imprudencia de clavarle un flechazo por la espalda. Y claro, la particular aventura de Tyrion Lannister, a quien se le ocurre la brillante idea de liberar a los dragones de Daenerys, y hacerlo él mismo. Tyrion no es el personaje más virtuoso, pero siempre se las arregla para robar cámara con sus acciones y dichos.
Home terminará siendo recordado por su escena final, donde Melisandre parece darle una última oportunidad a su fe, intentando revivir a Jon Snow. Y cuando parece que no, que no va a poder ser, lo último que vemos es a Jon abriendo los ojos y volviendo a respirar. Ya surgió la polémica respecto a esta decisión de los creadores de la serie: ¿valía la pena generar un falso suspenso con la muerte de este personaje? ¿Tiene sentido revivirlo? ¿Cuál podrá ser su futuro rol? En nuestra humilde opinión, estas preguntas sólo tendrán una respuesta sólida e irrevocable en los episodios siguientes. Mientras tanto, Game of thrones aún debe buscar su camino para la sexta temporada.
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