Buena
La ironía de la vida
Por Mariana Jaqueline Ramirez
El otoño es la mejor estación para muchas personas, pero es malo para aquellos a los que les saca un estado de ánimo melancólico. La pieza El patio de atrás, que se está presentando en Andamio `90 (Paraná 660), puede ser un claro ejemplo de eso.
El autor de esta obra es Carlos Gorostiza y la misma pertenece al grupo de obras que se ancla en el realismo reflexivo. En los textos dramáticos que pertenecen a esta corriente pareciera que no se dice nada, que no se hace nada, es decir, que no hay ninguna acción concreta, cuando en verdad están denotando mucho sentido, y tienen como referente principal a la sociedad.
La puesta en escena es dirigida por Natacha Delgado, quien con pocos elementos conformados por la escenografía y la iluminación consigue un espacio de verdadero encierro en el que apenas es posible respirar. Desde ese espacio visible se hace partícipe a otros espacios que son construidos a partir de la buena utilización del sonido y la iluminación, y que funcionan de manera activa en cada escena.
Aquí es fundamental el uso del espacio, dado que hay una división fuerte con el afuera (exterior del pasillo) y el adentro de la familia, que no es para nada ingenuo. La familia que se encuentra en dicho patio entiende a la sociedad como un lugar al que no pueden acceder. De esta forma, se refleja una sociedad cambiante y desinteresada por el otro, que tranquilamente podría ser nuestra sociedad actual.
En el espacio escénico se encuentran cuatro hermanos, cada uno de ellos está metido en su actividad que al fin y al cabo no tienen una finalidad específica. Ellos aspiran ser algo desde el pequeño mundo en el que viven pero no luchan por superarse a sí mismos.
Para los hermanos las horas pasan rápidamente y son marcadas por el fuerte sonar de las campanas de la iglesia, momentos donde el tiempo parece suspenderse por algo pero luego cada uno sigue su camino sin importarle al que tiene al lado. Este modo de detener el tiempo y por ende la acción, produce que se agrande el deterioro en el que se encuentra el patio, que a su vez, es el mismo en el que están ellos desde su individualidad.
Es así como pasan la vida dentro de un espacio asfixiante, esperando cambios que ni ellos se animan a afrontar, pues todos sabemos que donde parece que nada está pasando, es justamente el lugar y el momento donde muchas cosas están sucediendo silenciosamente.
En pocas palabras, tanto la puesta en escena como las actuaciones y por supuesto la dirección de los actores son impecables, fiel al estilo que nos tiene acostumbrados este espacio teatral.
Dramaturgia: Carlos Gorostiza Intérpretes: Rosana López, Ana Estefanía Pasulevicius, Gustavo Reverdito, Miguel Angel Villar Vestuario: Virginia De Los Santos Diseño de sonido: Marco Bailo Realización de escenografía: Lorena Bufidis, Virginia De Los Santos, Edgar Ocampo Orozco Operación de luces: Fernando Díaz, Germán Giacalone Diseño gráfico: Lorena Bufidis Asistencia de escenario: Martín Portilla Asistencia de dirección: Roberto González Segura Prensa: Andrea Feiguin – Comunicación y prensa Diseño de escenografía e iluminación: Héctor Calmet Dirección: Natacha Delgado Sala: Teatro Andamio 90 (Paraná 660 – CABA) Domingos a las 20:00.
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