
Por Mex Faliero
El de esta semana en Better call Saul fue un capítulo no sé si insatisfactorio, pero sí uno que marca decididamente la mitad de temporada y la tendencia de muchas series de usar ese tramo para construir capítulos que son puentes hacia lo que vendrá después. De hecho, fue curioso que el nombre del capítulo, Rebecca, haga referencia a un personaje que aparece nada más que en el prólogo, que es un flashback de los tiempos en que aparentemente Chuck estaba casado y Jimmy intentaba recomponer el lazo con su hermano. Y esa referencia a un personaje lateral, parece también una ironía en el sentido de que la protagonista de este episodio fue nada más y nada menos que Kim, quien buscar recuperar su espacio en el bufet donde fue relegada al papeleo engorroso tras el “desliz” del video de Jimmy.
Fue ella, la forma en que toma distancia de Jimmy, en cómo busca un cliente para el bufet, en cómo desarrolla su tarea obsesivamente y en cómo se encuentra con Chuck en una charla reveladora, lo que tomó muchísimos minutos de este quinto episodio. Y no es que haya estado mal, pero es que su personaje no termina de ser de los interesantes dentro de esta serie. Pero en el mundo de Vince Gilligan todo puede ser un gesto aparentemente antojadizo, para luego asestar algunos golpes de efecto notables: eso sucedió hacia el final, con la aparición de uno de los grandes personajes de las primeras temporadas de Breaking bad: Héctor Salamanca, en perfecto estado y sin silla de ruedas en el horizonte, con una oferta que Mike seguramente no puede… o no debe resistir.
Es curioso, pero son muchos los capítulos de esta temporada que terminan con Mike metido en algún asunto peligroso. Definitivamente el mundo en el que se mueve, de policial y violencia, es más funcional al pedido de cliffhanger que la serie lleva sobre sus espaldas. Progresivamente Better call Saul se va volviendo más adicta al gancho hacia el próximo capítulo.
Sin ser un gran capítulo, aunque con grandes momentos de refinamiento narrativo y visual (como el elegante prólogo donde vimos más directamente el conflicto entre las personalidades de los hermanos), y otros donde el aporte de información va sembrando el terreno hacia el final de temporada, Rebecca puso en el tapete nuevamente un gran dilema que arrastra la serie, y ese es si en definitiva Jimmy/Saul es realmente el personaje más atractivo que tiene una serie que lleva el nombre de su personaje en el título. Todo esto, claro, sin desmerecer la notable actuación del gran Bob Odenkirk.