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Persiguiendo a Abbot

survivor1Título original: Survivor
Origen: EE.UU. / Inglaterra
Dirección: James McTeigue
Guión: Philip Shelby
Intérpretes: Parker Sawyers, Dylan McDermott, Bashar Rahal, Robert Forster, Ben Starr, Milla Jovovich, Pierce Brosnan, Zak Shukor, Alex Beckett, James D’Arcy
Fotografía: Danny Ruhlmann
Montaje: Kate Baird
Música: Ilan Eshkeri
Duración: 96 minutos
Año: 2015
Compañía editora: TVE


5 puntos


Los servicios secretos necesitan más presupuesto

Por Rodrigo Seijas

(@fancinemamdq)

survivor2James McTeigue es un realizador que siempre insinúa más de lo que concreta: films como El cuervo, Asesino ninja y V de Vendetta muestran a un director al que se le da mucho por la estilización y los manierismos visuales, pero que falla a la hora de darle fluidez a la narración y entidad a los personajes. En su cine, siempre lo formal terminaba imponiéndose, resultando en productos vacuos, cáscaras vacías que a la sumo no son más que envases para discursos preformateados.

Viendo Persiguiendo a Abbot, lo que se intuye es que éste es probablemente el film donde McTeigue menos evidencia su estilo, lo cual funciona a favor del relato pero también en contra. La película recurre a las típicas estructuras del thriller de espionaje con elementos paranoicos, actualizando en buena medida la trama de Los tres días del cóndor, aquel film de 1975 con Robert Redford. Acá tenemos a Kate Abbot (Mila Jovovich), una agente del Servicio Extranjero de los Estados Unidos ubicada en Londres, quien luego de ser culpada por una serie de crímenes que no cometió, debe tratar de impedir un ataque terrorista en Nueva York mientras huye de un experto asesino (Pierce Brosnan). Lo que estaba servido para toda una serie de chiches visuales y de montaje, decanta en realidad hacia una presentación sobria y hasta definitivamente convencional de los sucesos, como si McTeigue eligiera ubicarse a un costado y contar los acontecimientos conspirativos. Una razón extra para esta decisión de puesta en escena está en el elenco: nombres como los de Dylan McDermott, Robert Forster, Frances de la Tour, Roger Rees y Genevieve O’Reilly son también una garantía a la hora de sostener un film donde el profesionalismo juega un papel decisivo.

Claro que esta elección de McTeigue termina siendo contraproducente, porque en largos pasajes descuida al film en su conjunto. Así la trama acumula demasiados cabos sueltos o decisiones apresuradas, el duelo entre Jovovich y Brosnan nunca es creíble -de hecho, la actriz nunca transmite con propiedad los dilemas y angustias de su personaje- y la película se va desinflando en su capacidad de impacto a medida que avanzan los minutos. Incluso pareciera que faltó presupuesto a la hora del rodaje o una reescritura extra del guión, lo cual termina de cobrar sentido hacia los minutos finales. Porque Persiguiendo a Abbot, a pesar de su aparente -y superficial- crítica a los servicios de inteligencia, termina siendo una justificación de estas instituciones, a las que muestra como imprescindibles para impedir las diversas amenazas terroristas -siempre externas- que enfrenta el pueblo estadounidense, que encima -pobrecito- ni se entera.

Film un tanto a destiempo (a pesar de hacer alusión a hechos post-11 de septiembre, parece hecho antes del 2001), a Persiguiendo a Abbot le falta nervio y voluntad de romper con los moldes en los que se asienta. Su sobriedad termina decantando en impersonalidad y hasta dan ganas de decirle a McTeigue que habría sido mejor que pusiera todo de sí mismo en la película. A veces es mejor morir con las botas puestas.

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