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Los juegos de la hambruna

straving1Título original: The Starving Games
Origen: EE.UU.
Dirección: Jason Friedberg, Aaron Seltzer
Guión: Jason Friedberg, Aaron Seltzer
Intérpretes: Maiara Walsh, Cody Christian, Brant Daugherty, Diedrich Bader, Ross Wyngaarden, Lauren Bowles, Dean J. West, Michael Hartson, Theodus Crane, Chris Marroy, Eryn L. Davis, Kennedy Hermansen
Fotografía: Shawn Maurer
Montaje: Peck Prior
Música: Tim Wynn
Duración: 83 minutos
Año: 2013
Compañía editora: AVH


2 puntos


Ni parodia, ni sátira, ni cine

Por Rodrigo Seijas

(@fancinemamdq)

starving3Jason Friedberg y Aaron Seltzer son el Mal. Podrían ser incluso peores que tipos como Iñárritu y Michael Bay, pero no llegan a serlo sencillamente porque han reunido un llamativo -y merecido- consenso crítico en contra: todos los críticos detestan sus películas. Sin embargo, hay dos partes importantes que disfrutan, o que al menos no se sienten tan ofendidos por lo que estos tipos hacen, y son partes actores importantes. En primera instancia, los productores y estudios de Hollywood, que les siguen financiando sus adefesios. En segundo lugar, el público, que mal que mal sigue comprando entradas para sus films e incluso han convertido a algunos de ellos -como No es otra película de amor, Una loca película de Esparta y Una loca película de vampiros (se nota que los distribuidores tampoco son muy originales a la hora de traducir los títulos, ¿no?)- en pequeños éxitos.

El problema principal que tienen Friedberg y Seltzer (que por algo fueron en un momento colaboradores de Shawn y Marlon Wayans en Una película de miedo) es esencialmente conceptual: son incapaces de parodiar los géneros -es decir, estructuras narrativas, esquemas, estereotipos, estéticas particulares- y sólo se burlan de ciertas películas exitosas del presente inmediato. Sus sátiras -y no parodias, que implican una reconstrucción mucho más compleja- son superficiales, banales, sin una pizca de ingenio, sin pensar realmente la construcción de las instancias cómicas o los conflictos de los personajes -¡porque los personajes importan, aún en estas sátiras, caramba!-, acumulando escatología sin sentido alguno, y sus films son casi al instante efímeros, descartables, sin real sentido o razón de ser.

Es tal el desconocimiento que Friedberg y Seltzer muestran en cada fotograma, que incluso caen en el error abismal de buscar parodiar… parodias. En el caso de Los juegos de la hambruna, el blanco principal es Los juegos del hambre, que ya en su origen -tanto literario como cinematográfico- era una deconstrucción de las formas discursivas televisivas, espectaculares y hasta deportivas. ¿Cómo parodiar una parodia? Muy difícil, al menos de manera óptima, y el dúo de realizadores carecen de la visión para hacerlo. De ahí que todo sea un desastre vergonzoso, que sigue de manera casi automática la narración del film protagonizado por Jennifer Lawrence metiendo “chistes” carentes de timing e inventiva. No hay un desarrollo mínimo de los personajes, la fluidez brilla por su ausencia y no hay siquiera una mínima idea de puesta en escena.

Lo terrible es que Los juegos de la hambruna es de 2013. Desde ahí, Friedberg y Seltzer continuaron produciendo películas, satirizando a ¿Qué pasó ayer? en Best night ever (2013), y a Rápidos y furiosos en Superfast! (2015) Ahora están rodando una sátira de Búsqueda implacable llamada Who the f#@k took my daughter? Maldita sea, estamos perdidos.

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