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Murió la cineasta belga Chantal Akerman

chantal akermanLa cineasta belga Chantal Akerman fue encontrada muerta ayer, a los 65 años. Según dijo su productor a los diarios Le Monde y Le Figaro, la realizadora sufría de ataques maníaco-depresivos y se habría suicidado.

Akerman era, sencillamente, una de las autoras contemporáneas cinematográficas más relevantes y más admiradas por la cinefilia mundial. Su última película, No Home Movie, se había presentado en agosto pasado en el Festival de Locarno, luego se exhibió en Toronto y mañana se presentará en el Festival de Nueva York.

De familia de origen polaco sobreviviente del Holocausto, para Akerman fue una revelación ver a los 15 años Pierrot le fou de Jean-Luc Godard. En ese momento supo que iba a dedicarse al cine.

A los 18, hizo su primer cortometraje, Saute ma ville, un panfleto satírico contra las tareas domésticas. Antes de cumplir los 25 estrenó en Cannes su insoslayable Jeanne Dielman, 23, quai du commerce, 1080 Bruxelles. Inmediatamente después hizo otra de sus tantas películas fundamentales: Je, tu, il, elle.

La mujer supo estar en el centro de su cine, etiquetado no pocas veces como feminista (aunque ella, antes que una cineasta feminista, se consideraba una mujer que hacía cine). La vida cotidiana, los cambios de escenarios, de emociones y de rumbo, a veces por hechos mínimos -los movimientos de muebles fueron un motivo en parte de su filmografía- volvieron recursivamente en su obra. También, sobre todo en las últimas décadas, la identidad judía fue parte fundamental de su cine: No Home Movie es un ensayo documental que funciona como homenaje a su madre Natalia, sobreviviente de Auschwitz y que murió el año pasado.

Un diván en Nueva York (ciudad en la que Akerman vivió a principios de los setenta), de 1996, protagonizada por Juliette Binoche y William Hurt, fue algo así como su película de mayor alcance en cuanto a público, e incluso tuvo estreno comercial en Argentina en 2000. Su filmografía, que osciló entre la ficción, el documental, el ensayo y lo experimental -y que tuvo también influencias de Michael Snow, Jonas Mekas y Andy Warhol- pudo verse a modo de retrospectiva en el Bafici 2005, en el que Akerman fue una invitada de lujo.

En el año 2000 Akerman estrenó su adaptación proustiana La cautiva, con Sylvie Testud, actriz con la que volvería a trabajar en Demain on déménage, muy recomendable film de 2004 a veces soslayado en su obra y que trataba de ese tema tan caro a Akerman, que se consideraba una nómade: la mudanza (tema también presente, y también desde el mismo título, en su mediometraje de 1992 Le déménagement).

(Fuente: La Nación)

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