Por Cristian Ariel Mangini
La ambigüedad de Hannibal es uno de los dilemas más redundantes a lo largo de los libros, los films y la serie. El horror detrás de una figura que sobrevive en una superficie sin fisuras que conecta con las partes más oscuras de la psique humana, llevando a todo vínculo a resultar algo destructivo, que además fluye pacientemente sin generar ningún tipo de empatía, es una de las paradojas que atraviesa la serie y que lleva a jugar constantemente con la ambigüedad de sus personajes. Por otro lado, Will lleva su empatía por los asesinos a tal grado que podría considerarse o ser uno, pero en lugar de ello ayuda a atraparlos con el costo que ello implica a su dañada psique. La razón por la que revisamos la génesis de Hannibal, esta serie que, como sus personajes, detrás de un aspecto estético que brilla sofisticadamente en la superficie encierra muerte y podredumbre, es que …And the woman clothed in sun se trató de un episodio que trabajó esta ambigüedad con particular maestría para terminar de definir tanto a Bedelia Du Maurier como a Francis Dolarhyde.
Guillermo Navarro, talentoso director de fotografía que mostro sus credenciales trabajando junto a Guillermo del Toro, le da al episodio un clima de tensión permanente en los diálogos que tienen dos núcleos claramente definidos: el primero habla de la relación entre Dolarhyde y Reba, un vínculo que encuentra en la intimidad una puerta que le lleva a alimentar la fascinación de Dolarhyde por la obra de William Blake, pintor y escritor de las obras de El gran dragón rojo que tienen una base religiosa. Tras definirse en los primeros episodios como El dragón rojo, encuentra episodio tras episodio los elementos que componen cada pintura. Sabemos por una alucinación de Dolarhyde que Reba es la “mujer revestida de sol” (la mujer del Apocalipsis, que también llevaría a la perdición al dragón rojo), por lo tanto es inevitable la ruptura que, si leyeron el libro o vieron alguna versión cinematográfica, saben cómo se dará. Sin embargo será interesante ver como esta versión que tiene a Bryan Fuller a la cabeza maneja este eje dramático.
El otro núcleo tiene que ver con el personaje interpretado por Gillian Anderson, Bedelia du Maurier, que en su retorno entrega algunas de las mejores secuencias y actuaciones de la serie. Tras abrir el episodio con una conferencia académica donde narra cómo escapó de las garras de Hannibal en el papel de víctima, como públicamente se la ha reconocido, Will tiene una conversación donde va desnudando la auténtica naturaleza de Maurier. Está pieza que faltaba y que responde por qué Maurier acompaña a Hannibal durante su estadía en Europa, habla de un monstruo tan peligroso como Hannibal contenido en el vestido de prestigiosa psiquiatra. Para ello Navarro apela a un montaje paralelo que cuenta con la actuación de Zachary Quinto, un paciente al que vimos muerto en un flashback y que parecía tener alguna conexión con Maurier, aunque al comienzo de esta temporada era mucho más factible creer que Hannibal había tenido algo que ver con ello. Pero ahora conocemos, mientras el diálogo va desmenuzando las sospechas de Will respecto a Maurier, que en verdad lo asesinó tras intentar ayudarlo, manteniendo incluso la ambigüedad hasta el final. Es incluso claro esto en la brillante línea de diálogo donde admite que a pesar de sentir la misma lástima que el resto de las personas por algo indefenso, su primer deseo es pisotearlo. Es aquí donde entendemos por qué Maurier sobrevivió sin un rasguño: es de la misma naturaleza que Hannibal, pero con otro atuendo. Además de la gran interpretación de Quinto como invitado, tenemos nuevamente una brillante actuación tanto de Hugh Dancy como de Anderson durante este diálogo que, a diferencia de otros de esta quinta temporada, no resulta ni críptico ni inverosímil.
Capítulo bisagra que terminó con el primer cruce desafortunado de Will con Dolarhyde en su huida desesperada, las cosas ahora entran en el terreno de la sospecha y la inestabilidad, arrojando a esta mezcla que Hannibal tiene conocimiento de dónde vive la nueva familia de Will. Las consecuencias nos invitan a ver lo que sucederá en los próximos episodios que prometen ser vertiginosos.