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CANNES 2015: aplausos para lo nuevo de Nanni Moretti; abucheos para Van Sant

La cuarta jornada de Cannes trajo hoy los estrenos mundiales de las últimas películas de dos directores que ganaron en su momento la Palma de Oro: el norteamericano Gus Van Sant, que causó decepción con The sea of trees y recibió los primeros abucheos del festival, y el italiano Nanni Moretti, que tuvo una buena acogida con Mia madre, un drama de corte íntimo y familiar que propone algunos trabajos actorales de alto vuelo.

mia_madre-NANNI MORETTI: En el primer turno de la competencia se vio la cinta de Moretti, delicado retrato de una despedida familiar, y donde las actuaciones de Margherita Buy, John Turturro y Giulia Lazzarini aportan lo mejor de una película clásica, que no mueve el amperímetro pero que expresa una fina sensibilidad para hablar de lazos familiares, los modos de recorrer la vida y la cercanía de la muerte. “Siempre mis películas han tenido implicados la risa y el llanto, ya en mis primeros filmes se balanceaban situaciones más tristes o dolorosas con otras alegres, esto no es una estrategia narrativa, es simplemente la manera que elijo para hablar de las personas y la vida”, destacó Moretti en la conferencia de prensa posterior al filme. Ada (Lazzarini), de 70 años, una activa madre, intelectual y exprofesora, está internada aquejada por problemas respiratorios y cardiovasculares que comienzan a complicarse anunciando la decadencia de un cuerpo que empieza a despedirse y sus hijos Giovanni (Moretti) y Margherita (Buy) deben tomar decisiones, al tiempo que afloran recuerdos, modos de lidiar con el dolor y los caracteres van expresando sus particularidades. Margherita es, como su madre, una mujer activa, madre divorciada con una hija adolescente, que acaba de terminar una relación sentimental y que está dirigiendo un filme en un accidentado rodaje al que llega un actor norteamericano de sangre italiana y poco talento, en un gran papel de Turturro, quien ya había ganado como Mejor Actor en Cannes en 1991 por su interpretación de un mediocre dramaturgo que llega a Hollywood en Barton Fink, de los hermanos Cohen, que hoy ofician de presidentes del jurado de la competencia. Sobre este fondo, Moretti pinta el cuadro de sus personajes que, como las actuaciones, son los que están en el centro del relato y, como lo dice él, lo hace con pincelazos más retrospectivos, tristes, íntimos y otras más expansivos y chispeantes.

the_sea_of_trees-GUS VAN SANT: El segundo turno de este sábado en Cannes correspondió a la película de Gus Van Sant, cuyo título (“Mar de árboles”) alude al nombre de un inmenso parque natural japonés a donde se dirige Arthur Brennan (Matthew McConaughey) para poner fin a su vida, sin que se sepa bien por qué, pero sucede que allí encuentra a un segundo suicida, arrepentido y con las muñecas sangrantes, a quien decide ayudar a salir del parque, un inmenso bosque sin señalizaciones. El caso es que ambos se pierden y entablan una particular relación, que se alterna con flashbacks del pasado del personaje de Brennan que explican por qué está en Japón y por qué decidió quitarse la vida, de modo tal que mientras los dos suicidas frustrados, heridos ambos y en situaciones extremas intentan volver a la civilización sin morir en el intento, uno toma nota del drama de Brennan, relacionado con su ex esposa (Naomi Watts). “Digamos que la película es sobre un hombre con el corazón roto que debe enfrentarse con la muerte para recuperar la vida”, resumió en forma precisa McConaughey la historia del filme en el encuentro con la prensa. Drama romántico inconsistente y que pretende contener en su interior una suerte de fábula, la cinta de Van Sant hace agua por todos lados, empezando por la historia. En ella parece no quedar nada del realizador que abrió una nueva camada de directores independientes norteamericanos a fines de los 80 con filmes como Drugstore Cowboy y Mi mundo privado, y que en el 2003 ganó la Palma de Oro y el premio al mejor director en Cannes con la notable Elefante. Una decepción grande, que hizo ruido en Cannes.

UN DÍA PERFECTO: De niño, Benicio del Toro tarareaba “Mambrú se fue la guerra” convencido de que su infortunado protagonista era un soldado puertorriqueño. Solo mucho más tarde, al rodar la película Un día perfecto, descubrió que Mambrú era un duque británico que luchó contra Francia en el siglo XVIII. El Mambrú que Del Toro interpreta en la nueva película de Fernando León de Aranoa -presentada hoy en el Festival – sí volverá a su casa junto a su novia, dejando atrás el caos y la muerte en la posguerra de Bosnia, que recrea el filme. Su personaje dirige a un grupo de cooperantes de una ONG que trata de rescatar un cadáver de un pozo que amenaza con envenenar la única fuente de agua potable en una región indeterminada de los Balcanes, en 1995. Junto a actores como Tim Robbins y Olga Kurylenko, Del Toro hace reír con unos diálogos vibrantes, pero que esconden momentos emotivos. El trabajo previo a rodar la película enseñó a Del Toro mucho más sobre la realidad de la desintegración de la antigua Yugoslavia de lo que él pudo conocer a través de la televisión y la prensa en la década del noventa. El actor, toda una estrella en Hollywood codiciada por algunos de los mejores directores, decidió participar en esta producción española en primer lugar “por el interés de trabajar con Fernando” León de Aranoa, realizador de Los lunes al sol. Ese interés creció cuando el cineasta le mandó el guión.

(Fuente: Télam)

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