Título original: Lay the Favorite
Origen: EE.UU. / Inglaterra / Francia
Dirección: Stephen Frears
Guión: D.V. DeVincentis, sobre las memorias de Beth Raymer
Intérpretes: Rebecca Hall, Joel Murray, Hugo Armstrong, Corbin Bernsen, Earl Maddox, Rio Hackford, Jo Newman, Laura Prepon, Bruce Willis
Fotografía: Michael McDonough
Montaje: Mick Audsley
Música: James Seymour Brett
Duración: 94 minutos
Año: 2012
Compañía editora: AVH
6 puntos
Historia de una chica linda y simpática
Por Rodrigo Seijas
Ecléctica. Esa podría ser una palabra para describir la carrera de Stephen Frears, a quien se lo puede describir como un realizador portador de todas las voces posibles y a la vez de ninguna, sin personalidad. Se lo puede ver así, y no estaría tan mal, aunque sería más acertado analizarlo como un cineasta que se convierte en vehículo de distintas miradas. Es cierto que siempre supo expresar ciertas inquietudes y avatares de los sectores más vulnerables dentro de la inmigración y la clase trabajadora en Gran Bretaña, con films como Ropa limpia, negocios sucios, Chicos sangrientos, Detective sin licencia, La camioneta o Negocios entrañables. Pero también supo analizar los conflictos de clases desde otras perspectivas y atrás en el tiempo, con películas como Amistades peligrosas y Mary Reilly. Y a la vez, supo poner su pericia al servicio de una mirada pro-monárquica en La reina, o de obras donde los autores son en verdad los actores -oficiando también de coguionistas-, como es el caso de Alta fidelidad o más recientemente Philomena.
Es su capacidad para abordar toda clase de géneros con llamativa facilidad, trabajando con estrellas de diversa formación, lo que le permite finalmente dirigir Doble o nada -editada aquí por AVH-, que tiene una historia muy pequeña, casi intrascendente, aunque a la vez bastante particular, situada en el universo de las apuestas. Ya desde el principio el film nos va advirtiendo que lo que nos contará tiene algo de real y mucho de invención, y que sería un error tomarse en serio lo que vamos a ver. Más cuando conocemos a la protagonista, Beth (bellísima Rebecca Hall), una chica tan vivaz como ingenua, quien decide abandonar su oficio de bailarina privada para ir en busca su gran sueño, que es… ser camarera en Las Vegas. La vemos, eufórica, contándoselo a su padre, quien se pone igual de contento que ella con su decisión, y quedamos convencidos de que este no va a ser precisamente un cuento moral.
Rápidamente Doble o nada pega un volantazo, ya que Beth llega a Las Vegas y termina trabajando para Dink (Bruce Willis), quien maneja un negocio de apuestas deportivas. Entre ambos irá creciendo una tensión romántica muy fuerte, que pronto entrará en colisión con Tulip (Catherine Zeta-Jones), la esposa de Dink. Y ahí la película pegará otro volantazo más, abriendo las puertas al personaje de Jeremy (Joshua Jackson), que agrega un condimento extra al triángulo amoroso inicial, y luego otro más, con la entrada en escena de Rosie (Vince Vaughn), un apostador extra que está expandiendo su negocio y que convence a Beth de convertirse en su mano derecha, hasta que ella descubre que la legalidad de su emprendimiento es tan confiable como la defensa de Boca Juniors.
Doble o nada acumula giros y capas genéricas en las que desfilan los romances, las estafas, la comedia, la historia de crecimiento y hasta un poco de policial, y sólo en diversas ocasiones Frears consigue sostener lo que está contando, en parte porque se relaja demasiado, descansando en el medio tono y la liviandad que atraviesa todo el relato. En consecuencia, a lo largo del metraje surgen dos sensaciones contrapuestas: por un lado, pareciera que los noventa minutos que dura el film no le alcanzaran para contar todo lo que se propone, pero por otro, da la impresión de que se estiran las acciones innecesariamente. Aún así, el guión de D.V. DeVincentis (uno de los coescritores de Alta fidelidad) delinea personajes interesantes, que son bien aprovechados por Hall -con su natural encanto-, Willis -siempre con su clásica nobleza a cuestas-, Zeta-Jones -que demuestra que tan mala actriz no es- y Vaughn -descontrolado como en sus mejores momentos-. Hasta el dúo de ayudantes de Dink, interpretados por Frank Grillo y Wayne Pére, contribuye con su simpatía y eso termina haciendo que las lecciones de vida a las que arriba este pequeño cuentito no caigan pesadas.
Aunque se podría haber esperado más de Doble o nada, de acuerdo a los nombres involucrados, no hay que perder de vista que nunca tuvo grandes ambiciones. Su propósito era contar una pequeña historia, con una figura femenina central que desde su transparencia consigue vencer unas cuantas dificultades. Con sus lagunas, lo consigue.